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Ha llegado el final del año y, tal y como ya nos advirtió a principios de éste, María Pilar, nuestra María Pilar, se jubila. Le faltarán dos semanas para cumplir los 46 años formando parte del COIAL. Desde 1975, que se dice pronto.
Siempre nos gusta recordar que el COIAL es un colegio de personas, que nuestra prioridad es el trato humano y cercano con nuestros colegiados. Que el colegio está para ayudar y, que además, lo debe hacer de buena gana. En definitiva, nuestra aspiración es —nos permitiréis el eslogan futbolero—, «ser más que un colegio profesional».
Contamos esto porque nos viene muy bien para explicar el trabajo de María Pilar y con ello, reconocerlo públicamente hoy, que es su último día. Nuestra compañera, además de haber desarrollado su trabajo con eficacia hasta el último minuto, lo ha hecho con corazón. Con ilusión e interés de servir. Por eso siempre nos ha recibido con la mejor de las sonrisas. De una forma natural, nos ha hecho sentir como en casa, desde la primera vez que entramos por la puerta del colegio para colegiarnos, pues a prácticamente todos nosotros nos ha colegiado ella.
María Pilar ha sido un ejemplo de que, más allá de lo que dicen las leyes que nos regulan, nuestros estatutos, reglamentos y normas, un colegio puede tener alma.
La echaremos de menos, pero a la vez nos alegramos de que a partir de ahora pueda descansar, disfrutar de su tiempo, de no madrugar (tal y como recuerda cada vez que habla de su jubilación), de sus ansiados paseos por la Malvarrosa y de su hija Silvia, que después de que su madre haya pasado toda una vida dedicada a los ingenieros agrónomos, se ha ganado recuperar el monopolio de sus atenciones y desvelos.
Como sabemos del cariño que se ha ganado, hemos decidido abrirle una cuenta de correo corporativa: mpilar@coial.org para que, todos aquellos que queráis, contactéis con ella para felicitarle por su jubilación, recordar anécdotas o simplemente, mantener el contacto con ella.
La Junta de Gobierno y los empleados del COIAL aprovechamos para decírtelo ya: que tengas una muy feliz jubilación, María Pilar. ¡Te lo has ganado! Aunque esperamos que no te desvincules del colegio y sigas manteniendo el contacto con nosotros.
Tu final en el COIAL es realmente el comienzo de tu nueva vida: vívela, disfrútala. Sabemos que puedes hacer fácil lo difícil, por eso lograrás hacer posible lo imposible
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