Baldomero Segura, decano del COIAL, invitado a Les Corts para analizar la situación de la citricultura de la Comunitat Valenciana
Les Corts Valencianes siguen contando con el COIAL para consultar temas relacionados con nuestra actividad profesional. En los últimos meses han comparecido diferentes miembros de nuestra entidad en la cámara legislativa de todos los valencianos: el delegado del COIAL en Alicante, José Manuel Carrillo, para analizar las consecuencias de la DANA en la zona del Segura y prevenir los efectos de futuras avenidas; o el secretario técnico, Pepe Carbonell, para analizar la situación del medio rural y las posibles estrategias para mejorar su situación.
Esta semana ha sido el turno del decano del COIAL, Baldomero Segura, que había sido convocado para hablar sobre la situación de la citricultura en la Comunitat Valenciana.
La transformación y la distribución, factores indisociables en la ecuación
Segura comenzaba su intervención aclarando que un análisis de la producción citrícola “difícilmente puede ser abordado de forma independiente de los procesos de transformación y distribución a los que deben someterse los productos obtenidos”. También destacaba que “las decisiones adoptadas por los empresarios agrarios, por los agricultores, son las responsables (…) de la configuración espacial de la producción de cítricos en nuestra comunidad y (…) esas decisiones están condicionadas por el entorno específico de dichas empresas, en el que están muy presentes la postcosecha y la distribución de sus productos”.
Es momento de hacer balance y plantearse nuevos retos: mejora de estructuras, reconversión varietal, digitalización… Y contamos para ello con un capital humano y una red de empresas auxiliares
Según ha explicado Segura, “la transformación y la distribución implica establecer un flujo continuo de interrelaciones entre un complejo entramado de empresas, en las que las funciones a desarrollar por cada una de ellas deben ser reinterpretadas de forma continua”. Y estos flujos deben de estar coordinados: “Si la distribución requiere X toneladas de una determinada variedad de naranja en las tiendas de Viena, todo el sistema debe coordinarse para alcanzar este objetivo de la forma más eficiente posible, reduciendo o suprimiendo todos los gastos posibles de intermediación y de concentración de la oferta. Es decir, evitando tener que necesitar una legión de personas que compren a los pequeños productores para alcanzar la producción comprometida”.
La citricultura, motor de desarrollo tecnológico
Para nuestro decano, “no cabe duda que el desarrollo de la citricultura valenciana ha actuado como motor tecnológico para un conjunto de empresas encargadas de prestar servicios a la producción, transformación y distribución de los cítricos en la búsqueda de una mayor eficiencia de toda la cadena; se trata de empresas valencianas, muchas de ellas pymes, que han creado una tecnología puntera en su campo: distribución de agua, material vegetal, agronutrientes, fitosanitarios y lucha biológica, equipos de cultivo o tratamientos”.
La escasa dimensión de las empresas las pone en situación de no poder acometer las inversiones que permiten hacer frente a los cambios necesarios para mantener la posición competitiva
Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido para encadenar varias crisis y perder la rentabilidad? Para Segura, “estos hechos no puedan imputarse a un solo factor, aunque el desarrollo del transporte de productos frescos hizo que se perdiera la ventaja comparativa de proximidad a los mercados de destino; quizás no se actuó adecuadamente en la búsqueda de nuevos mercados o los problemas políticos impidieron el desarrollo de los mismos”.
Replantear el papel de los institutos de investigación
En este punto, el decano del COIAL estima que quizás “nos debemos de replantear muy seriamente el papel de nuestros institutos de investigación y demás recursos públicos para la I+D+i, pues deberían orientarse a mejorar y facilitar las posibilidades de relación con estas empresas que desarrollan soluciones tecnológicas e incluso facilitar y reconocer la colaboración que estas necesitan de los citricultores. En estos momentos, estas empresas tienen una capacidad tractora de I+D+i que deberíamos aprovechar para alinear los recursos y las capacidades de todos los agentes. No nos debería sonar raro que la futura ley del IVIA incluyese una gran flexibilidad para estas cuestiones”.
Nos debemos de replantear muy seriamente el papel de nuestros institutos de investigación y demás recursos públicos para la I+D+i, pues deberían orientarse a mejorar y facilitar las posibilidades de relación con estas empresas que desarrollan soluciones tecnológicas
Segura reconoce que si bien es verdad que hasta ahora “hemos ido más o menos por delante, podemos perder el tren de las nuevas irrupciones tecnológicas como la agricultura 4.0, que para tener sentido requieren la integración de datos, y eso solo se puede conseguir con estructuras agrarias adecuadas y con un liderazgo que permita concentrar y procesar adecuadamente ese big data que se obtiene con los millones de datos que se recogen”.
Dimensión de las explotaciones y abandono de cultivos
La dimensión de las explotaciones es otro asunto crucial en el análisis de la citricultura valenciana: “Muchos de los desarrollos tecnológicos en el ámbito de los servicios de la producción se han realizado precisamente para hacer frente a la escasa dimensión de nuestras explotaciones. Hemos desarrollado la tecnología para resolver nuestros problemas y lo hemos hecho bastante bien. Tan bien como para exportarla y seguir siendo un referente”, deslizaba Segura. Y subrayaba “la importancia de que la escasa dimensión de las empresas las pone en situación de no poder acometer las inversiones que permiten hacer frente a los cambios necesarios para mantener la posición competitiva, tanto en lo relativo a reconversiones varietales como adaptación a las disposiciones relativas a la seguridad alimentaria”.
La transformación y la distribución implica establecer un flujo continuo de interrelaciones entre un complejo entramado de empresas, en las que las funciones a desarrollar por cada una de ellas deben ser reinterpretadas de forma continua
El abandono de los terrenos de cultivo debido a la escasa rentabilidad de sus producciones sigue siendo un talón de Aquiles para la citricultura valenciana: Cada día hay más personas a las que no le importa demasiado qué es lo que pasa con sus parcelas, dejándolas en un limbo que lastra al resto de explotaciones, bien por problema de plagas y enfermedades, bien por la imposibilidad de integrarlas en modelos de gestión en común o cooperativos”, alerta Baldomero Segura.
El decano del COIAL también ponía el foco en la pérdida de valor de las explotaciones valencianas de cítricos: “En 1983, cuando el MAPA inició la publicación de la Encuesta Nacional de Precios de la Tierra, la tierra dedicada al cultivo de cítricos en la Comunidad Valenciana era la segunda de más valor en toda España, y se mantuvo así hasta 2012; en la actualidad tanto la tierra dedicada al cultivo de cítricos en la Región de Murcia como en Andalucía superan ampliamente en valor a la de la Comunidad Valenciana. Es más, el valor aparente de una plantación apenas es de 6.000 € en la Comunidad Valenciana, mientras que en Andalucía y Murcia se triplica esa cantidad”.
Adaptarse a las nuevas circunstancias
Para concluir, Segura admitía que es cierto que la citricultura en la Comunidad Valenciana “ha perdido peso en cuanto a producción, rentabilidad y exportación. Esta pérdida de competitividad se debe a factores externos e internos. No podemos esperar los mismos resultados que hace décadas sin haber hecho ningún cambio. Estamos en un contexto mundial diferente y tenemos que adaptarnos a estas nuevas circunstancias. Por ejemplo, se deber a ganar peso en Bruselas de la misma manera que lo hacen nuestros competidores directos. Y aprender a moverse con las mismas reglas que utilizan ellos”.
El desarrollo del transporte de productos frescos hizo que se perdiera la ventaja comparativa de proximidad a los mercados de destino; quizás no se actuó adecuadamente en la búsqueda de nuevos mercados o los problemas políticos impidieron el desarrollo de los mismos
Y lanzaba este mensaje: “No deberíamos permitir que la citricultura quede relegada a un segundo plano debido a su falta de rentabilidad. Disponemos de la superficie de cultivo, del saber hacer, de la tecnología, de la posición en el mercado, de la experiencia. Es momento de hacer balance y plantearse nuevos retos: mejora de estructuras, reconversión varietal, digitalización… Y contamos para ello con un capital humano y una red de empresas auxiliares que están preparadas para aportar la tecnología y el conocimiento necesario para ello. No lo desaprovechemos”.