“No debemos ponernos un límite porque salimos demasiado bien preparados como para cerrarnos puertas a nosotros mismos”
A pesar de su juventud, Paula Miota transmite clarividencia cuando habla de la profesión de ingeniero agrónomo. En 2021, su trabajo de fin de Máster fue reconocido con un accésit en la convocatoria anual del COIAL, lo que le abrió posibilidades profesionales. Es consciente de que la exhaustiva preparación con la que salen al mercado quienes acaban el Máster en Ingeniería Agronómica no siempre es reconocida por el mercado. Lleva casi cuatro años trabajando en Quilinox, donde actualmente es ingeniera del departamento técnico de bombas. Y reivindica desde allí la ingeniería agronómica: “Quizá otros ingenieros sepan más de máquinas que nosotros o sepan más de la parte química del producto, pero nosotros tenemos el plus de englobarlo todo, porque a nosotros se nos ha dado una buena base en todas estas materias y eso es una ventaja que debemos explotar”.
¿Cómo crees que percibe la sociedad a los ingenieros agrónomos?
El problema al que nos enfrentamos los ingenieros agrónomos es que la sociedad no liga la palabra ingeniero a la palabra agrónomo, no es capaz de ver que somos ingenieros y podemos participar en cualquier parte del proceso de producción.
¿Cuáles crees que son las claves del éxito en nuestra profesión?
Desde que empezamos la carrera nos enseñan a ver todas las fases del proceso, nos dan una visión global y lo más importante es que nos dan las herramientas necesarias para saber actuar. Tenemos muy buena base de ingeniería y gran facilidad para aplicar esos conocimientos en cualquier ámbito y creo que eso es muy importante.
Ser ingeniero agrónomo me ha ayudado a entender las propiedades del fluido y poder aplicarlos al dimensionamiento de una planta
¿Cómo se ha conseguido ganar la confianza de los ciudadanos?
La sociedad se ha dado cuenta de que para producir más hay que mejorar los procesos, hay que pensar nuevas soluciones y nosotros somos su mejor herramienta, podemos ayudar en cualquier parte del proceso haciéndolo más eficiente gracias a nuestra visión global.
La ingeniería agronómica goza de pleno empleo. Tú empezaste a tener contacto con el mercado laboral antes de acabar los estudios. ¿Has notado esa avidez del mercado para contratar ingenieros agrónomos?
Es cierto que los ingenieros agrónomos nos colocamos todos antes de acabar los estudios, pero el problema no este, el problema es que no podemos colocarnos en cualquier sector. Seguimos con el estigma que he repetido tanto, lo que más nos cuesta es que nos relacionen con profesiones más del ámbito ingeniería de proceso. Debemos demostrar más que cualquier ingeniero que somos ingenieros para que nos valoren en distintos sectores. A mí me dieron una oportunidad en una empresa considerada de “consultoría de procesos”, Quilinox, en la que casi todos mis compañeros son ingenieros industriales o ingenieros químicos, y hoy en día puedo decir que tengo una visión más global de todo el proceso que ellos, he tenido que demostrar más desde el minuto uno y gracias a esto, estoy valorada en mi empresa.
Ya estaba trabajando cuando recibí el accésit al Mejor TFM en la convocatoria 2020-21 del COIAL, pero sí es cierto que la publicidad que me dio el premio hizo que me llamaran de alguna empresa
Fuiste accésit al Mejor TFM en la convocatoria 2020-21 del COIAL. ¿Cómo te ayudó profesionalmente ese trabajo?
Ya estaba trabajando cuando recibí el premio, pero sí es cierto que la publicidad que me dio el premio hizo que me llamaran de alguna empresa.
Uno de tus primeros empleos fue en una empresa de ingeniería del riego, y ahora también trabajas con bombas, pero en la industria agroalimentaria. ¿Cómo ayuda la formación del ingeniero agrónomo para afrontar proyectos de diferente naturaleza?
La formación de ingeniero agrónomo me ha dado la seguridad a la hora de desarrollar cálculos, es algo que no me viene de nuevo. Nos han enseñado durante la carrera a enfrentarnos a este tipo de casos y, además, es mucho más fácil teniendo una visión global del proceso. Hay otras ingenierías que ponen más énfasis en los equipos, otras en los productos, pero creo que en nuestra formación se ha enfatizado en la importancia del conjunto, del todo. Ahora que hago cálculos de equipos, bombas o intercambiadores de calor, me ha resultado sencillo porque sé ver y entender el proceso de principio a fin.
Quizá otros ingenieros sepan más de máquinas que nosotros o sepan más de la parte química del producto, pero no son capaces de englobar todo; nosotros sí
Ahora te dedicas a mover cualquier tipo de líquido en la industria. Explícanos en qué consiste tu trabajo.
En alimentación, en farmacia, en química, donde todo producto por ley debe pasar por acero inoxidable, Quilinox lo que hace es calcular, asesorar y proveer de todos los equipos y accesorios por donde pasará el fluido, desde la materia prima que entra en la fábrica hasta el producto terminado que sale de ella. Para mi trabajo es muy importante tener la visión del proceso, desde cómo impulsar el fluido sabiendo escoger el tipo de bomba, saber calcular los tamaños de tubería, con sus pérdidas de carga y los elementos singulares que hay por el trazado (válvulas, instrumentación, intercambiadores de calor o accesorios), saber qué procesos y técnicas de limpieza aplicar… No solamente es saber trazar los elementos y hacer los cálculos, es ser capaz de llegar a la puesta en marcha habiendo tenido en cuenta todo esto, ver reflejado en la fábrica lo que habías plasmado en tus cálculos. Ser ingeniero agrónomo me ha ayudado a entender las propiedades del fluido, el porqué está ahí, porqué tiene que pasar, cómo tienen que llegar de A a B,… y poder aplicarlos al dimensionamiento de una planta.
¿Qué fortalezas tiene nuestra profesión para que hayas podido trabajar en el sector del acero, en mecánica industrial o en seguridad industrial?
La etapa universitaria me ha enseñado a trabajar duro, a demostrar que somos capaces de todo, que somos ingenieros. Sé que me repito mucho, pero hay que ser conscientes de la visión global del proceso que nos han enseñado.
El mercado laboral busca ingenieros con parte comercial, que sean capaces de vender sus ideas a un cliente, a un jefe, a un equipo…
¿Crees que el mercado actual y la cantidad de sectores en los que los ingenieros agrónomos podemos encontrar trabajo facilita la movilidad profesional de nuestro colectivo?
Podemos trabajar en cualquier sitio, el problema es que nos den la oportunidad. Debemos pensar que somos capaces y hacernos hueco en todas las áreas posibles.
¿Es tu trabajo como lo imaginaste antes de comenzar la carrera?
Yo me imaginaba trabajando en oficina, haciendo cálculos, lo que no esperaba es que necesitase tener mi faceta comercial desarrollada. Cuando haces una ingeniería no piensas en el lado comercial del trabajo, necesitas desarrollarlo. El mercado laboral busca ingenieros con parte comercial, que sean capaces de vender sus ideas a un cliente, a un jefe, a un equipo… No sirve de nada todo lo que has estudiado si luego no eres capaz de transmitir y hacer atractiva tu idea. El tener un contacto tan directo con el cliente es duro pero muy gratificante. Cuando te has ganado la confianza de los distintitos tipos de clientes y te piden tu opinión o que valides los cálculos que han hecho, ponen en valor tu trabajo y tus conocimientos.
¿Cómo definirías la evolución que ha experimentado nuestra profesión en las últimas décadas?
Nuestra ingeniería se ha especializado mucho, ha sabido aplicar las nuevas tecnologías a la cadena de suministro, pero sigo viendo que salimos sin parte comercial, quizá deberíamos darle más importancia durante nuestra profesión.
¿Qué amenazas acechan a la profesión?
El problema es la percepción de la gente de un ingeniero agrónomo. Recuerdo al empezar en Quilinox que a mis compañeros les extrañaba que hubiesen seleccionado a una ingeniera agrónoma, siendo ellos ingenieros industriales y químicos, no me relacionaban con la parte más industrial, la parte de ingeniería de proceso. Esto hay que conseguir que cambie para que no nos cueste tanto que nos consideren para ofertas de trabajo de este tipo.
¿A qué retos nos enfrentamos?
Dar a conocer todo lo que somos capaces de hacer, la gran formación que recibimos, que nos hace capaces de colaborar en cualquier sector para dar solución a los problemas actuales de la sociedad, ya sea el cambio climático, la industria alimentaria, la química…
¿Cuáles son los sectores de futuro para los ingenieros agrónomos?
No creo que haya un solo sector, creo que podemos estar en todos, en la universidad aprendemos a saber manejar cualquier situación, si no sabemos cómo hacer frente a un problema nos han preparado para saber buscar una solución. No debemos ponernos un límite porque salimos demasiado bien preparados como para cerrarnos puertas a nosotros mismos.