[IV Congreso de Ingenieros Agrónomos] Mari Cruz Díaz, presidenta de ANIA y decana del COIACC: “El precio de la energía es un factor limitante para la implantación de la tecnología que todos reclamamos”
Mari Cruz Díaz, presidenta de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos, es una de las personas que más ha trabajado para que el IV Congreso se hiciese realidad. Hablamos con ella una vez finalizada la intensa semana que ha vivido.
“Estamos muy satisfechos por el número de inscripciones y por la calidad de los participantes”, anticipa Díaz, que también incide en “la variedad y el interés de los temas que se han tratado”. Para la decana del Colegio de Centro y Canarias, una de las principales conclusiones del congreso “es que el precio de la energía es un factor limitante para la implantación de la tecnología que todos reclamamos”. Por eso reivindica, más allá de la derogación del impuesto al sol, “más investigación sobre energía. Nuestro colectivo debería comprometerse con este objetivo. Porque con la factura energética actual es imposible desarrollar nuevas tecnologías”. Y cita la biomasa y el biochar como recursos que deberían ser mejor aprovechados.
Entre los asuntos que más le han sorprendido, Díaz enumera “la caza, que tuvo una gran repercusión entre los asistentes, las plantas tintoreras y textiles como el lino y el algodón, que están consideradas secundarias y son muy importantes para la moda sostenible”. También destaca “el éxito que han tenido las excursiones, relacionadas con la carne, la caza y el vino”.
En su discurso de apertura del congreso, Díaz señalaba que vivimos “en un mundo contradictorio porque tenemos que producir cada vez más alimentos con menos recursos y porque en algunos territorios producimos con bajísima tecnología y en otros hemos de utilizar tecnologías punteras y gastar mucha energía para destruir los excedentes. Porque hemos de producir alimentos ‘sin’ y alimentos ‘con’ y porque hay poblaciones mal alimentadas y otras con problemas de obesidad”.
También denunciaba “la escasísima visibilidad del trabajo de los profesionales de la agricultura, entre los que nos encontramos los ingenieros agrónomos. Y observamos cómo la práctica totalidad de los habitantes, no sólo de este país sino de forma generalizada, se desplazan por un territorio con una agricultura envidiable y con un paisaje rural espectacular sin saber atribuirlo a los que lo han hecho posible, pensando que es fruto de la naturaleza, sin ni siquiera pensar en el inmenso trabajo y dedicación que han hecho posible esa maravilla”.
Díaz da por cumplido el objetivo fortalecer las relaciones entre profesionales y con otros colectivos. “Hemos entrado en contacto con grandes sectores andaluces y hemos tenido una excelente representación institucional”. Y se compromete a luchar por dar una periodicidad fija al congreso: “Cada cuatro años”.