Partners25/09/2020

Agronómicamente, ¿qué hace especial a la fibra de coco?

Para entender porqué la fibra de coco es especial desde un punto de vista agronómico, es importante analizar las diferencias entre un cultivo en suelo y uno en fibra de coco y comparar los factores principales que generan un estrés a nivel radicular.

El comportamiento de una planta generalmente está influenciado por el micro-clima y rizosfera en donde se desarrolla. Por ello, utilizar fibra de coco de máxima calidad como base permitirá la máxima respuesta vegetativa y productiva de los cultivos. En un invernadero, las diferencias debemos buscarlas a nivel radicular, ya que las condiciones de micro-clima serán comunes a cualquier sistema productivo.

Nuestro partner PROJAR  nos explicamos 5 tipos de estrés que puede sufrir un sistema radicular:

  • Estrés hídrico

La absorción de agua por la raíz se ve afectada por dos fuerzas. Por un lado, el potencial matricial es la fuerza con que es retenida el agua por el sistema radicular. Por otro lado, el potencial osmótico se genera debido a los iones disueltos en el medio (salinidad).

En un cultivo en suelo, una vez alcanzado el equilibrio hídrico después del riego y la capacidad de campo, se produce una fuerza de retención de agua superior a la que encontraríamos en la fibra de coco. Estos valores son de 5-30 KPa para un suelo y de 1-5 KPa para la fibra de coco.

Según estos valores, podemos afirmar que una planta cultivada en fibra de coco necesitará realizar un menor gasto energético comparado con una planta en suelo para absorber una misma unidad de volumen.

  • Estrés por salinidad

Este tipo de estrés afecta negativamente la absorción de agua. En suelo, la movilidad de iones está fuertemente afectada por dos motivos: la CIC (Capacidad de Intercambio Catiónico) y la complejidad química del propio suelo. En un sustrato orgánico como la fibra de coco, los iones de tipo cationes son más móviles y la CIC es ocupada por cationes Calcio. En este caso, las sales acumuladas en el sustrato pueden ser lavadas fácilmente. Por tanto, es posible mantener un nivel estable de salinidad, lo cual no ocurre en un suelo.

  • Estrés por déficit de oxígeno

La raíz necesita oxígeno para respirar, absorber agua y nutrientes, y realizar otras actividades metabólicas. El espacio poroso es la proporción del volumen total que posee un sustrato cuando ha sido saturado con agua y ha drenado. La porosidad en la fibra de coco es lo suficientemente alta y gruesa para permitir al aire ocupar un mínimo del 30-35% del volumen total inmediatamente después de un riego. Con ello aseguramos a la raíz el oxígeno que necesita sin que tenga que soportar periodos de encharcamientos como ocurre en un suelo.

  • Estrés por temperatura

La raíz es altamente dependiente de las temperaturas tanto en su actividad biológica, desarrollo y crecimiento, como en su actividad funcional. La inercia térmica de la fibra de coco, al ser de origen orgánico, es bastante elevada y garantiza una mayor estabilidad de la temperatura en el entorno radicular.

  • Estrés por patologías

El riesgo de enfermedades de raíz se ve potenciado en los cultivos en suelo. El suelo es un medio continuo al no existir barreras aislantes entre una planta enferma y las colindantes. El cultivo en fibra de coco con unidades aisladas está mucho mejor dispuesto para evitar infecciones por la dificultad de la propagación de la enfermedad.