Anabel Solaz, joven ingeniera: “Me preocupa la gestión de los recursos para producir los alimentos teniendo en cuenta las previsiones de incremento de la población mundial”
Anabel Solaz hace añicos el perfil clásico de ingeniero agrónomo, signo inequívoco de que los tiempos están cambiando. Esta valenciana de 27 años decidió cursar ingeniería agronómica porque buscaba una carrera que aunase sus dos pasiones: las matemáticas y la naturaleza. En su familia le insistieron en que esa opción era la más adecuada. Tiene un perfil de Instagram en el que cada foto obtiene una media de 400 likes. Y se declara friki del Excel, la informática y los videojuegos.
Al abrir el perfil de Instagram de Anabel Solaz (@annsolaz), nadie sospecharía que pertenece a una ingeniera agrónoma. Más bien parece el de una influencer. Le pedimos que lo defina: “Mi perfil de Instagram es híbrido como yo. Me encanta la moda y también la naturaleza, y conjuga ambos elementos. Lo estoy usando como terapia, la verdad, porque soy muy tímida y me cuesta mucho lo social
Comenzó en Grupotec
Anabel acabó el grado en 2017 y el máster habilitante en 2019. Dio sus primeros pasos profesionales en una gran ingeniería. “Me surgió la oportunidad de hacer unas prácticas en Grupotec, donde aprendí mucho sobre proyectos”. Cuando se le acabaron las prácticas en esa ingeniería, Anabel tuvo la oportunidad de incorporarse a Agroseguro. “En Grupotec estaba como en casa, son mi familia, pero no podía dejar pasar la oportunidad de trabajar en la naturaleza, y empecé a trabajar como perito”. Estuvo entre mayo de 2019 y mayo de 2020. “El trabajo de perito, aunque resultaba en la mayor parte de las ocasiones apasionante, no me permitía tener cierta capacidad de organización de mi tiempo, pero también guardo un excelente recuerdo de mi paso por allí”.
Entonces pensó en darse de alta como colegiada para acceder a la bolsa de empleo del COIAL. “Mientras estaba formalizando el proceso, encontré un nuevo trabajo. Reconozco que se me pasó por la cabeza parar mi colegiación, pero no lo hice porque el colegio envía información interesante, no solo referente a ofertas de empleo, sino de la actualidad de la profesión. Siempre viene bien estar colegiada”.
“El trato del colegio no es de diez, es de veinte”
También pesó en esta decisión la atención prestada por el personal del colegio. “El trato del colegio no es de diez, es de veinte. Coincide que Pepe Carbonell fue el padrino de mi promoción, así que ya lo conocía, y tanto él como Carolina Penalva me han aconsejado sobre los pasos que he dado en diferentes momentos. Todos los trabajadores son un encanto, te dan un trato muy cercano y se preocupan para que avances, para que vayas a mejor, te motivan”.
La nueva empresa de Anabel, es AM Fresh Spain Citrus, un almacén de cítricos. “Me ofrecían un trabajo completamente diferente, la industria 4.0. Es un trabajo que realmente es un reto, pues se trata de implantar la última tecnología y saber motivar a quien ha de utilizarla. Nuestra joven ingeniera explica que, de momento, “ya he trabajado en proyectos, sobre el terreno y en un almacén. Para cerrar el círculo del sector alimentario solo me falta trabajar en supermercados”.
Inquietud e hiperactividad
La inquietud y la hiperactividad son dos de los rasgos característicos de Anabel. Por eso invierte tiempo en su perfil de Instagram, que no ha abierto para ver qué pasa, para entretenerse o exhibirse. Ella tiene un plan. “Veo esta red como un negocio o como una herramienta, y hay que usarla con cabeza. Hay que colgar contenido pero sabiendo lo que estás haciendo. Si mi perfil crece (actualmente tiene 2.300 seguidores), quiero orientarlo hacia la agronomía. De esa manera, podré abordar temas que me interesan, como que mucha de la fruta que se desecha porque tiene picadas o está fea es perfectamente comestible. La verdad es que es un derroche de recursos que no nos podemos permitir. En este sentido queda mucho por hacer”. Fiel a su capacidad de comunicación, remata su comentario con el eslogan de “la belleza está en el interior, ¿no?”.
Su perfil de Instagram también da alas a su deformación profesional. “He descubierto las tablas dinámicas y los Dashboard en Excel, soy muy friki de esta hoja de cálculo. De esta manera, en una sola vista dispongo de información de cómo me ha ido el año. Solo me falta aprender lenguaje DAX, pero eso es Excel avanzado. También soy gamer, ¿ya he dicho que soy un poco friki? Hago deporte, leo, pinto. Al final, me queda poco tiempo para dormir por la cantidad de cosas que quiero hacer.
Granjas verticales en hidropónico
La juventud es época de sueños, y Anabel tiene los suyos: “Uno es el de crear un mundo sostenible. Siempre vivo en la utopía, quiero que todo el mundo esté contento. También me preocupa mucho la superpoblación, por los problemas de alimentación que plantea y la gran demanda de superficie de cultivo. Creo que una buena solución sería hacer granjas verticales en hidropónico, y otra fomentar la crianza de insectos comestibles”.
Sobre qué le gustaría ver al volver la vista atrás al final de su carrera profesional, Anabel se inclina por haber podido “aportar algo de valor, aunque sea a nivel de concienciación de la gente para conseguir que la fruta desechada por su aspecto sea considerada como buena. También me parece muy gratificante trabajar para uno mismo, no descarto montar una empresa. Me gustaría poder vivir 200 años para aprender todo lo que me gusta, porque no soy capaz de decidirme por algo concreto. Quiero seguir para arriba siempre. Llegar hasta donde pueda. Sé que me la voy a pegar, pero ya he aprendido a levantarme después de una caída y lo seguiré haciendo siempre”.
Para acabar, le preguntamos a Anabel a quién le gustaría que entrevistáramos. Lo hacemos porque este año, en el COIAL hemos decidido conectar a ingenieros agrónomos de todos los perfiles preguntándoles qué temas les interesan más. “Me gustaría saber la opinión de algún especialista en cultivos hidropónicos para saber hasta qué punto es viable hoy en día mi idea de las granjas verticales hidropónicas”. Oído cocina, Anabel.