“Ayudo a las empresas a cumplir con los protocolos de calidad y seguridad alimentaria que las cadenas de distribución han creado”
Ester Cormán es consultora senior seguridad alimentaria, Evaluadora IFS Food Global Markets y profesora asociada de la Universidad Católica de Valencia, donde imparte clases en la facultad de Veterinaria. Acumula experiencia en la generación de equipos de trabajo en empresas de alimentación, orientación y formación en diferentes puestos de trabajo enfocados a la implantación de normas de seguridad alimentaria y obtención de la certificación de la empresa. Ha prestado servicios a empresas hortofrutícolas, de logística y distribución, de packaging, comercios minoristas, empresas cuarta gama, sector cárnico, zumos, panadería y galletería.
¿Cómo cree que percibe la sociedad a los ingenieros agrónomos?
Cada vez somos una profesión más conocida. Tradicionalmente se nos ha identificado con la producción de alimentos, pero la versatilidad de nuestra profesión nos permite estar presentes en diferentes sectores, no solo agrícolas, sino también industriales. Gracias a los medios de comunicación, ahora se nos escucha más. Hay ingenieros agrónomos diseñando parques y jardines, infraestructuras de regadío, al frente de explotaciones agropecuarias o trabajando en seguridad alimentaria, como es mi caso.
¿Cuáles crees que son las claves del éxito en nuestra profesión?
Nuestra titulación está orientada al sector agroalimentario, pero no dejamos de ser ingenieros con una amplia gama de posibilidades y salidas profesionales. Podemos acceder a muchas ofertas laborales. Esto hace que nuestra titulación esté presente en muchos sectores.
El consumidor no solo mira las kilocalorías en la etiqueta de un alimento. Quiere saber qué come
¿Cómo se ha conseguido ganar la confianza de los ciudadanos?
En los últimos años, hemos escuchado en los informativos casos graves de crisis alimentarias que nos han dado la oportunidad de poder estar presentes en la industria alimentaria. Les hemos ayudado a subsanar estas crisis y de esta manera, la ciudadanos han descubierto que junto a las autoridades sanitarias, existen unos profesionales que trabajan para que a la sociedad lleguen alimentos con buenos estándares de calidad y seguros.
Trabajas en seguridad alimentaria. ¿En qué vertientes principales desarrollas tu trabajo?
Mi trabajo es el de consultora en seguridad alimentaria y presto servicio a diferentes empresas a lo largo de toda la cadena alimentaria. Trabajo asesorando a agricultores, a empresas alimentarias, a empresas logísticas de alimentos y a empresas dedicadas al packaging de alimentos. No solo les preparo para que den cumplimiento a la legislación en seguridad alimentaria, sino que también les ayudo a cumplir con los protocolos de calidad y seguridad alimentaria que las propias cadenas de distribución de alimentos han creado.
Hemos estado siempre junto al sector agroalimentario y hemos crecido junto al resto de sus actores
¿Hacia dónde se dirigen las exigencias de la seguridad alimentaria? ¿Cómo será la seguridad alimentaria del futuro?
En materia de seguridad alimentaria la Unión Europea legisló unas bases mínimas, que han ido cambiando y consolidándose con el paso de los años. Es difícil saber cómo será la seguridad alimentaria del futuro, porque el sector alimentario está constantemente evolucionando. Lo cierto es que cada vez hay más información a disponibilidad de los ciudadanos, mayor transparencia y mejor comunicación por parte de las autoridades sanitarias. Las empresas alimentarias están mejor preparadas y más concienciadas con la seguridad de los consumidores.
¿Qué información demandamos a la hora de consumir? ¿Cómo van a afectar las TIC a estos procesos?
El consumidor no solo mira las kilocalorías en la etiqueta de un alimento. Quiere saber qué come. Cada consumidor busca la información que más sensible sea para él: contenido en grasas saturadas, tipos de grasa vegetales, fuentes de minerales o nutrientes presentes, dónde se ha producido o cultivado el alimento, si es un producto de proximidad… Todo esto lo sabe la cadena de distribución y por eso cada vez más tenemos toda esta información en los alimentos que compramos. Aquí juega un importante papel las TIC, ya que los consumidores aún tienen que aprender a interpretar toda esta información que se le ofrece.
Trabajo asesorando a agricultores, a empresas alimentarias, a empresas logísticas de alimentos y a empresas dedicadas al packaging de alimentos
¿Qué papel juega nuestra profesión en el mantenimiento de la seguridad alimentaria?
Tenemos que ser uno de los pilares para el avance y el desarrollo de nuestro sector primario y de la industria alimentaria. Ellos tienen que dar respuestas a las demandas del mercado y nosotros tenemos que estar ahí con ellos para guiarlos, no solo en el cumplimiento de la seguridad alimentaria, sino también en los nuevos retos en materia medio ambiental y social.
¿Cómo definiría la evolución que ha experimentado nuestra profesión en las últimas décadas?
Hemos estado siempre junto al sector agroalimentario y hemos crecido junto al resto de sus actores. Al igual que ha ido evolucionando el sector y diversificando, lo hemos hecho junto a ellos. Eso ha supuesto el posicionamiento de nuestra profesión.
Nuestro reto es seguir dando respuesta a los consumidores, cada vez más exigentes, no solo en aspectos de calidad, sino también medioambientales
¿Qué amenazas acechan a la profesión? ¿A qué retos nos enfrentamos?
Sin el sector agroalimentario y sin las empresas de alimentación, nuestra profesión puede verse amenazada. Nos enfrentamos a una falta de relevo generacional y al abandono de la superficie agrícola. Nuestro reto es seguir dando respuesta a los consumidores, cada vez mas exigentes, no solo en aspectos de calidad, sino también medioambientales. Otro de los retos es que los consumidores pongan en valor el esfuerzo del sector primario en la producción de alimentos.
¿Cuáles son los sectores de futuro para los ingenieros agrónomos?
Es una profesión que tiene que mantenerse en el futuro. La población, como sabemos, aumenta, y la superficie cultivable no es infinita. La legislación en seguridad alimentaria es cada vez más exigente. Pienso que nuestro futuro pasa por saber adaptar nuestros conocimientos técnicos a los requisitos medioambientales y sociales.