[Campaña Cítricos] «La dinámica de este año es vender, vender y vender. La comercialización ha sido muy ágil». Enrique Bellés
«Lo primero que destacaría de esta campaña es el equilibrio alcanzado entre oferta y demanda: ha habido menor presión de la oferta y eso ha permitido mantener buenas cotizaciones para los productores», arranca Enrique Bellés, ingeniero del sector frutas y hortalizas de la Federació de Cooperatives Agroalimentaries de la Comunitat Valenciana. Bellés resalta un hecho: «Las variedades han ido entrando en comercialización sin solaparse. Cuando una variedad estaba en el punto óptimo de recolección, la anterior ya estaba prácticamente acabada. Dado que se trata de un producto perecedero, para sacarte el género de encima, muchos años los operadores se ven obligados a reajustar los precios, pero este no ha pasado».
Otro de los aspectos que pone de relieve Bellés es la climatología: «Hemos tenido elementos adversos: en Europa ha hecho poco frío, y el consumo de vitaminas C, que se percibe como preventivo para la gripe y otras enfermedades de invierno, no ha tirado al alza de la demanda». Por otra parte, este ingeniero agrónomo cita el excesivo calor: «El alto diferencial de temperaturas durante el día y la noche es el que provoca el cambio en el color de la piel del verde al naranja, y este año ese diferencial ha sido escaso. Por fuera, la fruta daba la sensación de no estar madura, aunque sí lo estaba. También había miedo a la lluvia, que genera problemas en la piel de los cítricos… Pero la dinámica de este año es vender, vender y vender. La comercialización ha sido muy ágil y eso hace que se sea optimista, queda poca fruta de primera campaña en el mercado y habrá demanda durante la segunda parte de la campaña». Pero no echa las campanas al vuelo: «Arrastramos años de coyuntura desfavorable».
Reactivar la Interprofesional Citrícola
Una vez finalizada la valoración del año en el campo, Bellés gira la cabeza hacia los despachos: «En otro contexto, esta campaña se podría haber optimizado un poco más: a ver si somos capaces de reactivar un foro como la Interprofesional Citrícola». Con ese instrumento se podría acceder a más recursos de promoción: «Hay programas de la Unión Europea que subvencionan hasta el 80% del coste de una campaña publicitaria, dependiendo de si incluye a un solo país o a varios. Manzanas o peras, de modo más significativo, así como otras frutas y hortalizas acceden a este tipo de campañas, que han de ser de promoción genérica, y pueden dirigirse a uno o a varios países de modo simultaneo. En años anteriores, cuando la interprofesional estaba activa, y coincidiendo con la presencia casi exclusiva de fruta de origen español en Europa, el sector en su conjunto ha realizado campañas de promoción subvencionada por la Unión Europea, y se consigue una repercusión muy grande».
Con Bellés no podemos obviar el estado de forma del cooperativismo. «No dejan de ser un actor más que está en el mercado, una vertiente distinta al comercio privado, que tiene sus legítimos intereses comerciales y también dispone de producciones propias. La razón de ser de las cooperativas es obtener un mejor precio para agricultor al mismo tiempo que ofrecer producto de calidad que satisfaga las exigencias del consumidor, y los mismos elementos que han sacudido a muchos sectores durante la crisis también lo han hecho con las cooperativas: algunas han desaparecido y otras se han fusionado, al igual que muchas empresas. Tenemos menos cooperativas pero mejores, tienen la dimensión adecuada y están capacitadas para estar presentes en el mercado. Y la masa social sigue estando dentro de la estructura cooperativa».
Optimizar recursos y ser dinámicos
Este experto pone el énfasis en la formación y la colaboración: «Entre ellas cooperan para obtener beneficios comunes. A nivel incluso de los propios almacenes, optimizan recursos para bajar costes, algunas tienen capacidad de acción para el resto de España en manipulación de fruta. Todo está enfocado a conseguir mayores rentas para el agricultor». Y destaca el ejemplo de Anecoop: «Es una cooperativa de segundo grado líder europeo en la comercialización de cítricos».
Otra de las particularidades del sector cítrico que las cooperativas están intentando abordar desde un punto de vista diferente es que se trata de un sector mayoritario de propietarios y no de agricultores a tiempo completo. «La mayoría tienen otra actividad y la agraria la contemplan como un complemento de renta. Conforme los agricultores se van haciendo mayores, las tierras las heredan sus hijos y en muchas ocasiones se encuentran con un problema. Las cooperativas están abriéndose a estas personas; en la de Benaguasil, por ejemplo, se está promocionando la cesión de la tierra a la cooperativa mediante arrendamiento, con lo que se están abriendo nuevas posibilidades de futuro», explica Bellés, que recuerda que el agroalimentario es, después del automóvil, «el sector valenciano que más exporta. Estamos llegando a 90 países de todo el mundo. Y es porque somos dinámicos y nos estamos actualizando. Porque si no eres capaz de competir te van a quitar».