¿Conoces cómo funcionan las micorrizas?
Desde el COIAL hemos publicado un montón de artículos sobre bioestimulantes, y en algunos de ellos hemos hablado de las micorrizas. Pero nunca nos hemos parado a explicar con un mínimo detenimiento cómo son estos microorganismos, cómo actúan y por qué sirven para mejorar el rendimiento de los cultivos.
Pues bien, ha llegado el momento de hacerlo. Aprovechamos una información que nos hace llegar Atens, uno de nuestros partners, que ha obtenido la conformidad CE para dos de sus estimulantes a base de micorriza, Aegis WP y Aegis Microgranule. Así que vamos a analizar cómo son y cómo actúan estos microorganismos y el nuevo Reglamento Europeo que facilita su comercialización en el ámbito de la UE, algo que hasta hace poco más de un año era muy complejo.
Hongos simbióticos
La etimología de micorriza proviene del griego: mycos (hongo) y rhizos (raíz), y la palabra define la simbiosis entre ambos elementos. “Es un simbionte obligado y necesita a las plantas para completar su ciclo vital. El origen de estos hongos está unido al origen de las primeras plantas vasculares, y se remonta aproximadamente 420 millones de años en el tiempo. Micorrizas y plantas vasculares han coevolucionado”, ilustra Gorka Erice, director técnico global de Atens y doctor en Biología Vegetal.
Los hongos micorrícicos, particularmente un grupo que son los hongos micorrícicos arbusculares, son los que se usan en la agricultura debido a que establecen una simbiosis a nivel de la raíz de la planta y ayudan a las plantas a tomar mejor los nutrientes y a explorar con más eficiencia el suelo. Erice nos pone un ejemplo: “Hay algunos casos muy específicos. Por ejemplo, si el pH del suelo pasa de 7.5, normalmente el fósforo se encuentra bloqueado por reacción con el carbonato cálcico y su absorción por parte de la planta se hace muy difícil. Pues bien, la micorriza es capaz de solubilizar ese fósforo haciéndolo biodisponible”.
Las micorrizas arbusculares son bastante versátiles y establecen simbiosis con el 80% de las especies vegetales. Los criterios de selección para una cepa de estos microorganismos incluyen eficiencia, ya que aumentan el desarrollo y la producción vegetal, así como un amplio espectro de usos que incluyen diversidad de cultivares y condiciones de cultivo.
Propágulos para colonizar las raíces
Nos asalta una duda: ¿cómo se cuantifican las micorrizas? Gorka Erice nos explica que no se puede “establecer un equivalente, por ejemplo, con las bacterias. Para estas hay un consenso sobre las unidades formadoras de colonias. Pero las micorrizas se propagan en base a unidades que se llaman propágulos, que no son más que elementos de la micorriza que son capaces de colonizar una nueva raíz, una nueva planta”.
Estos propágulos son de diferentes tipos: “El propágulo por excelencia es la espora, pues está diseñado para tener una vida media más larga y estar menos expuesta a la pérdida de la viabilidad. Y también están las hifas del hongo, que son filamentos originados a partir de las esporas, o incluso raíces que han sido colonizadas por el hongo y que pueden tener estructuras del hongo en su interior que pueden funcionar también como propágulos”, enumera Erice, que nos da las claves para cuantificar estos organismos en los sistemas radicales: “Se suele dar el porcentaje de micorrización de una raíz, que consiste, básicamente, en teñir específicamente el hongo en la raíz y ver qué porcentaje de la misma está ocupada por algún tipo de estructura del hongo”.
Las micorrizas de Atens se ‘propagan’ ahora más fácilmente por la UE
Atens se muestra muy satisfecho tras la entrada en vigor, hace un año y medio, de la actualización del Reglamento 2019/1009 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la comercialización de productos fertilizantes en la UE. Este reglamento regula productos muy innovadores y técnicos. Hasta ahora, para comercializarlos a nivel europeo tenías que ir registrando la referencia país por país, porque cada uno tenía reglas distintas. Ello generaba un ingente papeleo y alargaba los plazos para iniciar la comercialización, que se hacía casi imposible. También existía la opción del reconocimiento mutuo entre países, pero era una buena idea que no acababa de funcionar.
“Ahora hay un registro único, algo que es un hito porque nos va a permitir a las empresas de bioestimulantes expandir más rápidamente la venta y disponibilidad de nuestros productos a nivel europeo”, se felicita Javier Jofré, Marketing & Corporate Strategy director de Atens.
Según nos explica, “la Unión Europea ha reconocido que la micorriza es uno de los microorganismos que tiene mayor potencial de uso económico. Una vez que ha quedado definida la ley, las empresas pueden aplicar; nosotros hemos sido una de las primeras empresas en comercializar este tipo de producto y ya tenemos la confirmación positiva. A día de hoy podemos vender en todos los Estados miembros de la UE directamente, lo cual es un salto importante. Nosotros ya teníamos presencia europea, pero a nivel burocrático cada vez que querías salir a vender en Europa era un desafío”. Algo que con el nuevo reglamento ha desaparecido.