Debemos orientarnos a mejorar la competitividad de nuestro sector agroalimentario
Inmaculada Marco, directora general de Industria y Cadena Agroalimentaria de la GV
Ha sido para mí un placer acudir a esta tradicional cita del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante y poder encontrarme y saludar a tan buenos profesionales y tan buenos amigos. Me he sentido muy cómoda en mi primer acto institucional como responsable de la Generalitat Valenciana: ha sido como debutar en casa. Y agradezco este espacio que se me brinda para trasladar a los colegiados lo que significa para mí la profesión que nos une.
Desde su creación, en 1953, nuestro colegio ha sido testigo, partícipe y protagonista de toda la evolución, de la gran transformación y modernización que ha experimentado la actividad agraria y la industria agroalimentaria en la Comunitat Valenciana. Los progresos científicos y técnicos han marcado la evolución profesional de nuestro colectivo en la investigación y como agente transmisor al sector de los nuevos avances y tecnologías.
Pero hay que seguir evolucionando, porque el mundo de hoy exige una actualización continua. Para ganar competitividad en un mercado global, hoy más que nunca es necesario transferir con inmediatez al sector la tecnología y conocimientos que vamos adquiriendo en nuestros centros de investigación. Una I+D+i de cultivo, al servicio del sector, orientada a la producción y al mercado para reducir costes, para mejorar la competitividad y conseguir que la actividad agraria tenga más margen de rentabilidad, que es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos el sector y sus profesionales.
Partimos de cimientos sólidos, de un sector al que llamamos estratégico por su gran aportación a la economía y al empleo en nuestra comunitat, al equilibrio de la balanza comercial, al liderazgo de nuestras exportaciones. Consideramos que todas las actuaciones desde nuestros respectivos ámbitos profesionales y de responsabilidad deben orientarse a mejorar la competitividad de nuestro sector agroalimentario, procurando un adecuado margen de rentabilidad para toda la cadena de valor.
No lo conseguiremos sin fomentar la internacionalización, abriéndonos a nuevos mercados emergentes, con promoción, con fomento del consumo de nuestros productos, adaptándonos a los gustos y necesidades de los consumidores, con la incorporación de la categoría de saludable a los productos que conforman la dieta mediterránea que estamos impulsando.
De estas medidas, hemos puesto en marcha aquellas que están en nuestra mano, pero debemos exigir a otras Administraciones que gobiernen y legislen conforme a los verdaderos intereses de nuestra agricultura, de nuestros agricultores, de un sector agroalimentario que tanta riqueza y empleo aporta a la Comunitat Valenciana y a España.
Si el valor de la producción agraria en la Comunitat valenciana aumenta, si nuestras exportaciones se salvaguardan y la balanza comercial agraria se mantiene positiva, si el sector es capaz de no perder empleo y acoge además a trabajadores desempleados de otros sectores, creo que hay fundados motivos para el optimismo en el futuro del sector y de sus profesionales.
Los ingenieros agrónomos tenemos un papel destacado en la construcción del nuevo itinerario que debe emprender nuestro sector para ganar el futuro. Del esfuerzo, la cooperación y la unidad de acción de todos los agentes y profesionales del sector y de las administraciones agrarias depende en gran medida que consigamos cuanto antes los objetivos que nos hemos propuesto.
Quiero agradecer al colegio su permanente colaboración con la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca y con el sector y su completa disposición para ayudar a mejorar la actividad agraria y agroalimentaria valenciana. Y no quiero acabar estas líneas sin transmitir mi felicitación y enhorabuena a los ganadores de los Premios FPIA del COIAL 2023, con una mención especial para mi querido compañero Tono: gracias por todo y gracias por mucho.
Os deseo a todos lo mejor para el futuro.