Drones, una herramienta fundamental para la aplicación de bioestimulantes
- Este tipo de aplicaciones son la tecnología del siglo XXI, menos costosas y no dañinas para el medio ambiente.
“Estamos generando una fuerte demanda y estamos viendo que tanto el Parque Natural como otras asociaciones y comunidades de regantes están viendo la necesidad de reducir fertilizantes para evitar la salinización y aumentar la aplicación de bioestimulantes”. Así lo declara Cristobal Peris, área manager de LIDA Plant Research, en la ‘Primera Jornada de aplicación con drones en arroz’ realizada en los arrozales del Parque Natural de la Albufera (Valencia) y organizada por Fitodron Ibérica, operadora de drones especializada en agricultura de precisión.
La alta mineralización y salinización de las tierras ha provocado que los rendimientos del arroz en la zona hayan caído, “entonces con la aplicación de los bioestimulantes estamos consiguiendo recuperar esos rendimientos y llegar a ese máximo potencial de la variedad”, explica Peris, a lo que añade que con las aplicaciones de los bioestimulantes LIDA se ha visto un aumento del rendimiento del cultivo entre el 15 y el 20%.
Mayor masa radicular y tasa de crecimiento favorable
Mayor precisión, rentabilidad y respeto con el medio ambiente
“Con el dron lo que podemos es realizar aplicaciones con 10-20 litros por hectárea, frente a lo que aplicaría un tractor a 200-300 litros por hectárea”, explica Antonio Bonafont, director técnico de Fitodron Ibérica, lo que se traduce en una mayor rentabilidad para el agricultor. Además, el dron no produce emisiones de Co2, siendo totalmente respetuoso con el medio ambiente y es preciso en su aplicación vía GPS. “Nos permite darle al cultivo lo que necesita en cada momento”, añade Bonafont.
En la actualidad, las nuevas tecnologías y el campo van de la mano. Luis Blanch, agricultor, profesor de la UPV y miembro de la junta rectora del Parque de la Albufera, recalca que tal demostración “es un atractivo para atraer a las nuevas generaciones a que continúen el trabajo del campo, se sumen al campo”. En la misma línea, Alberto San Bautista, director de la ETSIAMN de la UPV, señala que tal modo de aplicación “puede ser un atractivo para que los jóvenes se introduzcan al sector agroalimentario y realmente sea el relevo generacional del que siempre estamos hablando”, a lo que agrega, dadas las investigaciones realizadas desde la UPV, que “con la acción de los bioestimulantes se mejora muchísimo la respuesta productiva de la planta y en el futuro es de esperar que con estas aplicaciones consigamos reducir de una manera sensible y significativa los aportes en nitrógenos a los cultivos, con lo cual estamos alineados con las exigencias de la Unión Europea del pacto verde para el 2030”.
Este tipo de aplicaciones son la tecnología del siglo XXI, menos costosas y no dañinas para el medio ambiente.