Eficiencia energética de sistemas de refrigeración en industria alimentaria (Parte I)
Mejorar los sistemas de frío, acciones en los componentes
La industria alimentaria supone uno de los grandes consumidores de energía en España, representando el 1,7% del total. Lograr la eficiencia energética en sus instalaciones es uno de los principales objetivos de las empresas actuales. La concienciación por el cuidado del medio ambiente y la necesidad de ahorro de energía son las dos principales causas de este fenómeno. En el sector de la industria alimentaria, los sistemas de refrigeración y su elevado consumo hacen todavía más importante la optimización del consumo energético.
El adecuado mantenimiento de los alimentos obliga a cualquier empresa de este sector a contar con sistemas de refrigeración de alto nivel para garantizar la viabilidad de su negocio. De todos modos, su importancia estratégica no debe hacernos olvidar el elevado consumo que representa la generación de frío, así como las consecuencias que tiene este coste en la competitividad de los productos.
Con el objetivo de superar estos problemas, las nuevas instalaciones de la industria alimentaria buscan la eficiencia de los sistemas de refrigeración con un modelo ecoeficiente, que incluye medidas de diseño y diversas actuaciones sobre el mantenimiento y la utilización de las instalaciones de refrigeración, en todas las etapas de su vida. En algunos casos los sistemas de refrigeración suponen más del 50% de consumo eléctrico de una planta alimentaria.
Hay que tener en cuenta que estos requisitos para mejorar la eficiencia energética pueden aplicarse tanto en nuevas plantas como en las reformas y mejoras de instalaciones antiguas.
Nuestro partner Enfrio se plantea una serie de acciones clave para lograrlo.
Acciones en los componentes de los sistemas de refrigeración
Las acciones sobre los componentes de una instalación típica de un sistema de frío en la industria alimentaria nos permiten reducir de manera importante su consumo energético. Por lo tanto, es importante conocer cuáles de estos elementos son los que pueden mejorar de manera ostensible la eficiencia energética.
Los compresores son uno de los elementos que tienen mayor porcentaje de consumo. Hay que tener en cuenta que su rendimiento y su potencia aumentan cuando se aumenta su temperatura de evaporación o se disminuye la de condensación de los gases. Por consiguiente, estas dos acciones son básicas para evitar un consumo excesivo de energía.
Asimismo, la regulación de la potencia del condensador – diseñado para la potencia del compresor en condiciones de trabajo máximas – es otro factor importante para un correcto escalonamiento a la hora de llevar a cabo una reducción de potencia.
El control de los procesos de desescarche es también uno de los elementos a valorar para conseguir la eficiencia en los sistemas de refrigeración. Incluir reguladores electrónicos con la función de desescarche inteligente permite reducir los procesos programados que no sean estrictamente necesarios para mantener el producto a una temperatura adecuada, teniendo en cuenta siempre los datos que recogen los reguladores.
Finalmente, merece la pena recordar que un correcto aislamiento de las tuberías de gas o vapor es esencial para reducir posibles pérdidas y conseguir, de esta manera, un mayor ahorro energético.