[Fotogalería] El COIAL vuelve a unir al sector de la agroalimentación en una cita que nadie quiere perderse
Buen ambiente, camaradería y ganas de compartir experiencias personales y profesionales. Son ingredientes que demuestran que el ‘guiso’ anual del sector agroalimentario gana en sabor y sustancia año a año.
Si la temperatura de cocción se midiese en presencia de políticos, la del pasado miércoles fue muy alta: contamos con la asistencia de un secretario autonómico, un subsecretario y cuatro directores generales. Y si se mide en asistencia de responsables del sector, la variedad enriquece la receta: empresarios que están haciendo historia con sus proyectos, organizaciones agrarias que velan por los intereses de los agricultores, profesionales que trabajan por todo el mundo, periodistas especializados y otros agentes del sector. En suma, toda la cadena alimentaria: producción primaria, industria alimentaria y distribución. Tampoco faltaron representantes de las empresas que les prestan servicios, como agronutrientes, fitosanitarios, riegos, ingenierías, instaladoras, empresas energéticas o financieras.
Y en el centro, los premiados, que han acumulado méritos para hacerse acreedores al galardón que señala a los miembros más destacados de nuestro colectivo. Recibieron sus estatuillas en un acto ágil, previo al almuerzo, en el que el decano, Baldomero Segura, hizo un repaso de los puntos más candentes que afectan a la ingeniería agronómica, incluida la desagradable visita de la DANA, que ha vuelto a hacer mella en el campo valenciano. Nada nuevo: acabará siendo una cicatriz más para un colectivo acostumbrado a levantarse una y mil veces. El momento emotivo de la jornada fue sin duda el recuerdo que tanto Segura como Rodríguez Mulero tuvieron para Emilio Pons, compañero tristemente desaparecido hace unos pocos días, premiado en esta misma cita hace tres años.
Por eso, el personal del colegio y sus colaboradores, que han convertido los Premios FPIA en lo que son, se mostraban relajados y contentos al final del acto. Es una gran satisfacción ver que el esfuerzo invertido en este evento se convierte en intercambio, convivencia y orgullo de pertenencia a lo que Fernando Verdú, el compañero que recibió el premio Excelencia Profesional, definió como ‘la profesión más bonita del mundo’. Un pensamiento que compartimos con él.