El compañero que ganó una batalla para convertirse en máster ingeniero agrónomo y elabora AOVE de premio
Hay personas que vienen a este mundo para cumplir una misión cueste lo que cueste. Gabriel Cano es una de ellas. Conoció la suya cuando acabó bachillerato y un amigo le descubrió los estudios para ser ingeniero agrónomo. Para él, que había pasado tantas horas de su infancia y adolescencia en los olivares de su familia, todo cobró sentido: ¿una profesión que aúna el campo y la solución de problemas? Esa era su misión. Cuando estaba punto de entregar su TFG, un diagnóstico de leucemia amenazó con hacer saltar todo por los aires. Pero no. Tras un año de dura batalla que incluyó quimio y radioterapia y un trasplante de médula, volvió completamente recuperado para estudiar el máster y convertirse en ingeniero agrónomo. Hoy elabora AOVE para la empresa familiar y para Campoenguera Coop. V. Y lo hace tan bien que sus aceites ya han sido reconocidos con varios premios.
¿Cómo crees que percibe la sociedad a los ingenieros agrónomos?
La sociedad nos percibe con respeto, pero realmente no es consciente de las competencias técnicas que podemos abarcar. Una parte de mi día a día es estar en contacto directo con los agricultores, asesorarles y ayudarles, a través de todas las nuevas herramientas tecnológicas, para ser más eficientes y sostenibles. Aunque el trabajo de los ingenieros agrónomos va mucho más allá de las labores tradicionales de campo.
¿Cuáles crees que son las claves del éxito en nuestra profesión?
La constancia en nuestro trabajo y estar siempre actualizados y en continua formación son las claves para cumplir los objetivos con éxito. Además, una profesión tan polivalente y multidisciplinar hace que nos adaptemos a cualquier tipo de industria. Por ello, es una de las carreras con el 100% de empleabilidad.
Implemento técnicas de cultivo más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente y ayudo a los agricultores a mecanizar sus explotaciones para reducir gastos y conseguir la máxima rentabilidad
¿Cómo se ha conseguido ganar la confianza de los ciudadanos?
Creo que la confianza se ha ganado con la efectividad de nuestro trabajo. La formación recibida durante nuestros estudios es clave para encontrar las herramientas óptimas a través de las cuales solucionar con éxito los problemas que nos surgen en el día a día.
¿Qué hemos aportado a la sociedad a lo largo de las últimas décadas?
Superar con creces todos los retos agroalimentarios, agroindustriales y medioambientales que durante las diferentes etapas de la historia hemos ido afrontando. Además de aportar continuas innovaciones tecnológicas al sector.
¿Qué aporta un ingeniero agrónomo a un proyecto de producción de AOVE?
En mi caso particular, ofrezco asesoramiento técnico a más de 2.000 socios que trabajan unas 5.000 hectáreas que forman CAMPOENGUERA, COOP.V. Implemento técnicas de cultivo más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente y ayudo a los agricultores a mecanizar sus explotaciones para reducir gastos y conseguir la máxima rentabilidad. También trabajo en el fomento de la agricultura ecológica, la revalorización de subproductos de la almazara mediante proyectos de agrocompostaje, proyectos de recuperación de campos abandonados, análisis hídricos mediante sondas de humedad para optimizar los recursos… Además, dirijo la toma de decisiones para planificar la recolección de las aceitunas de las diferentes categorías de AOVE que elaboramos, su posterior transformación, filtrado y envasado. Por otro lado, una de las cosas más bonitas de mi trabajo es abrir al público las puertas de la cooperativa. Mediante catas y maridajes educamos y acercamos la cultura del AOVE a alumnos de colegios, institutos, universidades y todo aquel que nos visita.
El manejo del suelo, el tipo de agricultura, la nutrición, la poda, el manejo de riego o el control de plagas son factores que podemos controlar para obtener aceitunas sanas y con una correcta relación pulpa/hueso.
¿Qué factores son determinantes para obtener un AOVE de máxima calidad?
Para la obtención de AOVEs de calidad influyen muchos factores intrínsecos y extrínsecos. Estos últimos son los más complicados de gestionar: la climatología adversa es un factor claramente limitante en la producción. La calidad empieza en el campo: hay que tratar con el máximo cuidado la aceituna. El manejo del suelo, el tipo de agricultura, la nutrición, la poda, el manejo de riego o el control de plagas son factores que podemos controlar para obtener aceitunas sanas y con una correcta relación pulpa/hueso. Con una materia prima de calidad, solo nos faltaría determinar el momento de recolección, crucial para obtener AOVE que nos transmitan frescura, aromas, picantes o amargos. Cada variedad es un mundo. En el menor tiempo posible desde la recolección, tenemos que transformar la aceituna, mediante procedimientos mecánicos, en zumo. En el proceso de transformación hay muchos factores que determinan la calidad. Los más importantes son la higiene, la limpieza de las instalaciones, los tiempos y las temperaturas de molturación. Una vez elaborados los AOVE, el filtrado y la conservación en depósitos de acero inoxidable, controlando las temperaturas entre 15 y 18oC, van a ayudar a prolongar la vida útil de estos AOVE de calidad.
Llevamos un par de años con el precio del AOVE en la estratosfera. ¿Cómo crees que va a evolucionar esta situación?
Los precios tan altos no son buenos para el sector y el consumidor final, que aunque sabe que el AOVE es la grasa más saludable y de mayor calidad, se ve obligado a utilizar otras grasas de semillas mucho más económicas. En este momento, los precios son muy dispares, venimos de dos campañas producciones han sido bajas a nivel nacional debido a las diferentes condiciones meteorológicas que se han registrado en las diferentes zonas productoras. En enero, los precios llegaron a sus máximos en origen, y tras unos meses donde no ha habido apenas transacciones comerciales y se han registrado altas precipitaciones a nivel nacional, ha hecho que se estabilicen a la baja. Llegan unos meses de incertidumbre de precios y no se sabe si habrá suficiente AOVE para enlazar campañas.
En el proceso de transformación hay muchos factores que determinan la calidad. Los más importantes son la higiene, la limpieza de las instalaciones, los tiempos y las temperaturas de molturación.
¿Se está notando en los cultivos la sequía que este año azota a la Comunitat Valenciana?
Si, desde septiembre llevamos acumulados unos 40 litros/m3, lo que sumado a las cálidas temperaturas de los meses de invierno nos confirma la existencia del cambio climático, y como ingenieros agrónomos tenemos que abarcar la solución a estos para mitigar los posibles daños que pueda causar.
¿De qué herramientas dispone un ingeniero agrónomo para hacer frente a los efectos de la sequía en el cultivo de aceituna?
Aunque el olivo se considere un cultivo de secano, el agua es un factor limitante en su producción y en su concentración de ácidos grasos. Disponemos de bastantes herramientas. Una de las más importantes es la experiencia y los estudios de este cultivo en condiciones extremas, donde se han visto variedades que se adaptan mejor que otras. Además, disponemos de herramientas comerciales como sondas de humedad o riegos localizados enterrados, que nos ayudan a optimizar los recursos hídricos, que cada vez van teniendo mayores limitaciones.
Hace un año conseguiste el segundo premio en el III Concurso de Aceites de Oliva Virgen Extra con El Campiñero Ecológico, producido en la cooperativa de Enguera. ¿Habéis concursado también este año? ¿Cómo ha evolucionado esta marca?
Si, este año también hemos participado en ESAO AWARDS, pero con los monovarietales Alfafara y Villalonga, dos variedades autóctonas mayoritarias en la zona de Enguera, con las que llevamos trabajando unos años para poder elaborar AOVE diferenciados. Nuestro esfuerzo se ha visto reconocido: Villalonga ha sido el primer clasificado al Mejor AOVE de Cooperativas y la Alfafara el segundo en esa misma categoría. Además, hace unas semanas entramos en el TOP10 de variedades minoritarias de la prestigiosa Guía Iberoleum con la Villalonga. Sin duda, todos estos premios refuerzan la ilusión y el compromiso de trabajo que nos queda por delante.
En enero, los precios llegaron a sus máximos en origen, y tras unos meses donde no ha habido apenas transacciones comerciales y se han registrado altas precipitaciones a nivel nacional, ha hecho que se estabilicen a la baja.
La última vez que hablamos pedías que más cooperativistas siguieran las directrices de la dirección técnica para conseguir aceite de mejor calidad. ¿Se ha cumplido esta petición?
Como comentaba antes, la cooperativa está integrada por más de 2.000 socios, y es muy difícil que todos vayan a una. Pero cada vez hay más productores que valoran los AOVE de calidad, y se les explica que, sin ellos, este proyecto no seguiría adelante. Cada vez se van sumando más y se van dando cuenta de que para poder liquidar más caras las aceitunas hay que diferenciarse del resto. Ese es el camino.
La empresa de tu familia moldeó tu vocación.
Efectivamente. La pasión por este sector viene de cuando yo era pequeño e íbamos a disfrutar del campo y de paso a recoger olivas. La superficie de olivar de la familia fue creciendo, al igual que lo hacía yo. Cultivábamos bajo la reglamentación de la agricultura ecológica y la cooperativa donde destinábamos la producción no hacía distinción sobre esto, iba todo al mismo montón. En el año 2009, mis abuelos, padres y tíos decidieron embarcarse en un proyecto de elaboración de AOVE de calidad y ecológicos con Almazara La Alquería, que en aquella época era indispensable. Tras acabar el bachiller, y no saber que estudiar, Miguel Abad, amigo y asesor de la familia, me mostró la carrera de ingeniería agronómica, donde se agrupaba todo lo que me gustaba: solucionar problemas y el campo.
Fue poco después cuando tuviste que librar la batalla más dura de tu vida hasta ahora.
Sí. Cuando estaba finalizando el grado, en 2018, a falta de defender el TFG, la vida me asestó un golpe bastante duro: me diagnosticaron leucemia, lo que me obligó a parar en seco todos los proyectos que iba a empezar como ingeniero técnico agrícola y afrontar el proyecto más importante de mi vida, superar un cáncer. Fue un año sabático bastante duro, lleno de quimios, radios y un trasplante de médula. Gracias a la gran labor de los profesionales sanitarios, al apoyo familiar y a la fundación Josep Carreras, pude superar la leucemia y continuar mi formación académica.
Para poder liquidar más caras las aceitunas hay que diferenciarse del resto. Ese es el camino.
Y entonces te hiciste ingeniero agrónomo
El máster habilitante en Ingeniería Agronómica fue el que me iba a dar las competencias necesarias para alcanzar la profesión regulada de ingeniero agrónomo, el que me iba a abrir las puertas a nichos de empleo como el asesoramiento y la gestión de explotaciones agrícolas, industrias alimentarias, el ejercicio profesional como ingeniero de diseño de instalaciones, las actuaciones paisajísticas y medioambientales, el cooperativismo o la investigación. En el 2021, al finalizar el máster, me surgió la oportunidad de continuar mi formación, aprender y mostrar mis conocimientos del sector en una de las cooperativas oleícolas más potentes y pioneras de la Comunidad Valenciana como es CAMPOENGUERA, COOP.V. Muchos piensan que trabajo para la competencia, pero la realidad es que trabajo para cumplir uno de los retos personales más difíciles: demostrar que desde las cooperativas también se puede elaborar AOVE de calidad sin dejar de lado la empresa familiar.
¿Cómo definirías la evolución que ha experimentado nuestra profesión en las últimas décadas?
En auge, puesto que tradicionalmente se nos ha asociado a las labores tradicionales de campo, pero los ingenieros agrónomos somos necesarios en cualquier industria agroalimentaria, ya sea desde la construcción de las naves o mejoras de los procesos hasta la venta de los productos terminados.
Cuando estaba finalizando el grado, en 2018, a falta de defender el TFG, la vida me asestó un golpe bastante duro: me diagnosticaron leucemia
¿Qué amenazas acechan a la profesión?
Más que amenazas, veo nuevas oportunidades para nuestro sector. Hay que esperar el momento, adaptándose a todos los cambios y retos que vayan surgiendo. El COIAL tiene un papel fundamental: continuar manteniéndonos actualizados para superar todas las amenazas que puedan ir surgiendo.
¿A qué retos nos enfrentamos?
Nos enfrentamos a un gran reto, que es el de producir los suficientes alimentos a la misma escala que va creciendo la población, ligados a los graves problemas climatológicos causados por el cambio climático y abarcar todo esto desde la sostenibilidad.
¿Cuáles son los sectores de futuro para los ingenieros agrónomos?
Los sectores principales de los ingenieros agrónomos seguirán siendo los relacionados con el abastecimiento de alimentos para la sociedad. Aparte, la agricultura sostenible, las energías renovables, la gestión de residuos, la biotecnología, la optimización de los recursos naturales, el medio ambiente o la robótica y la teledetección son sectores que tendremos que seguir muy de cerca.