La tendencia a emplear menos conservantes en la industria alimentaria incrementará la demanda de salas blancas
El Director Comercial de nuestro partner Isobox Systems, Gonzalo Torres, nos cuenta en primera persona cómo han avanzado en la detección de Covid en superficies limpias y seguras, un aliado clave en estos momentos.
Cuándo comenzó la pandemia, ¿cuál era la principal preocupación de sus clientes?
Una de las preguntas que nos hacían los clientes era cómo limpiar o higienizar las salas blancas ante posible contaminación por COVID 19. La respuesta ya la teníamos porque se lleva utilizando desde hace años como virucida: peróxido de hidrógeno.
¿Se han dado casos positivos desde marzo en salas blancas?
Sí, pero no exactamente dentro de las salas blancas sino en zonas anexas. Conforme fue avanzando la pandemia empezaron a aparecer casos positivos en instalaciones. Entonces, la pregunta era: ¿cómo podemos detectar que alguien ha contaminado algún objeto o cómo podemos comprobar si hay COVID en el ambiente? Con el tipo de filtrado de que dispone una sala blanca, filtros Hepa o Ulpa, es difícil que acceda un coronavirus por aerosol pero si es posible por un contacto físico muy directo pese a que desde hace muchísmo años el acceso a estas salas conlleva el uso de mascarillas, cofias o buzos, guantes, calzas, etc. Pero hay zonas más vulnerables, como un final de línea donde se ejecutan trabajos de acondicionado secundario, con mucho personal y con posible proximidad y en cuyo aire no está tratado por regla general. Hemos adaptado nuestro servicio para ver si en esas zonas donde el aire no está tratado hay restos de COVID. Por eso hemos creado un protocolo.
¿Cómo lleváis a cabo los test Covid en salas blancas?
El “modus operandi” es similar al de las conocidas pruebas PCR; de hecho lo que hacemos es una prueba PCR. Nos desplazamos a las instalaciones sospechosas y tomamos muestras con un hisopo que posteriormente se envían al laboratorio.
¿Y los análisis?
El análisis se lleva a cabo conforme al PEBM045-detección de ARN SARS-CoV-2 (COVID 19) en muestras ambientales mediante ensayo de PCR-RT. Este ensayo consta de extracción de RNA y detección de ARN SARS-CoV-2 (COVID 19) en muestras ambientales y superficies mediante ensayo de PCR-RT. Y para cada muestra se emite un resultado como “Detectado/No detectado” para ARN SARS-Cov-2.
Vemos que la incorporación de las salas blancas se está generalizando en la industria alimentaria, ¿hasta dónde llegará su implantación? ¿en qué industrias las veremos?
Pienso que con los años se trabajará en industrias que tradicionalmente no lo consideraban como necesidad, como es el caso de salsas, zumos naturales, etc. Hay que pensar que la tendencia a no usar conservantes eleva la posibilidad de contaminación y baja la caducidad de productos por lo que muchas consultas son en ese sentido. Al final, cualquier producto antes de ser envasado puede contaminarse al estar en contacto con el aire por lo que proteger al producto lo máximo posible no será tendencia sino obligación. Estas salas no deben usarse únicamente en la parte de fabricación sino también en las zonas de envasado, incluso hay que ir más allá y tratar que los fabricantes de envases primarios trabajen en entornos limpios pues muchas contaminaciones pueden proceder del propio envase. Todo indica que la tendencia a emplear menos conservantes en la industria alimentaria incrementará la demanda de salas blancas
¿Qué beneficios tiene la sala blanca en la industria alimentaria?
La contaminación ambiental es un hecho, hasta ahora lo que se hacía era tratar zonas de trabajo con bajas temperaturas pero esto puede no ser suficiente y el trabajar en una sala blanca hace que sea difícil el que un producto se contamine.
Además de en este sector y en el sanitario ¿en qué otros sectores es posible?
Trabajamos en el sector químico, electrónica, biotecnológico, etc…