Partners07/10/2022

Estrategia para la regeneración de suelos empobrecidos

Necesitamos suelos sanos para producir alimentos saludables y nutritivos, nuestro partner manvert nos habla de ello

El empobrecimiento de los suelos es desafortunadamente una realidad innegable en la agricultura actual. Según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en las últimas tres décadas se ha perdido el 30% de los suelos fértiles cultivables. Las razones de este empobrecimiento son varias, pero entre ellas está un mal manejo de los suelos, de las labranzas o de la fertilización, el mal uso del agua o su déficit, etc.

Los suelos empobrecidos o degradados: qué son y sus consecuencias
Según la FAO, la degradación del suelo se define como un cambio en la salud del suelo resultando en una disminución de la capacidad del ecosistema para producir. Es, en definitiva, una pérdida de equilibrio de sus propiedades físico-químicas, lo que limita su productividad. En otras palabras: un suelo pobre lo será en materia orgánica y en nutrientes y, por lo tanto, será poco apto para el cultivo.

Y ¿Cuáles son las consecuencias de la degradación de los suelos? Aquí podemos citar la erosión, la compactación y encostramiento, la acidificación, la salinización, la pérdida de la capacidad para retener agua, absorber nutrientes o albergar microorganismos y, en casos más extremos y diríamos que irreversibles, la desertización.

Entonces, evidentemente los suelos degradados no son aptos para la agricultura. Son improductivos.

Es una obviedad que no podemos permitir que cada vez más suelos se vayan empobreciendo. Por el bien de la agricultura, y por el bien de la humanidad. El suelo alberga una cuarta parte de la biodiversidad del planeta, es uno de nuestros grandes patrimonios naturales y la base de nuestra producción alimentaria. Nada más y nada menos. Y, sin embargo, muchas veces se olvida que el suelo es un recurso frágil, vulnerable y de muy lenta regeneración.

Por lo tanto, es indiscutible que necesitamos suelos sanos para producir alimentos saludables y nutritivos. Necesitamos suelos vivos, suelos equilibrados, donde habitan millones de microorganismos fundamentales para su salud y, por lo tanto, también para lograr calidad y cantidad en las cosechas.

Para entenderlo perfectamente podríamos usar un paralelismo muy visual: si en albañilería es imposible construir la casa por el tejado -que debe hacerse por los cimientos-, en agricultura estos cimientos son el suelo. Y, si unos buenos cimientos aseguran la perdurabilidad de una construcción, un buen suelo es la base para lograr cosechas abundantes y de calidad.

La recuperación de suelos con soluciones biotecnológicas sostenibles
Para conseguir estos suelos hay que ir a la raíz del problema, apostar por el binomio suelo-planta y aportar vida microbiana al suelo. Y los microorganismos son fundamentales para lograr este suelo vivo, dinámico, fértil y equilibrado. Mejoran la estructura del suelo y aumentan la disponibilidad de nutrientes para la planta.

Ante esto, adquieren vital importancia las últimas soluciones biotecnológicas sostenibles que aportan vida al suelo y lo enriquecen con una flora microbiana diseñada especialmente para lograr que el suelo empobrecido se enriquezca y funcione como debería.

Por este motivo, empresas como manvert son un aliado para buscar soluciones reales para mejorar la calidad del suelo, el funcionamiento de la raíz y el aprovechamiento de nutrientes y así repercutirá en un aumento de la productividad de la planta y del rendimiento del cultivo.