Partners20/09/2024

La apuesta de Atens por la Trichoderma atroviride da resultados tras ocho años: ya tiene registro en USA

En el competitivo mundo de la biotecnología agrícola, es sabido que las multinacionales tienen más infraestructura para la innovación y el desarrollo de productos. Pero hay ejemplos de empresas emprendedoras que pueden competir de tú a tú con las grandes firmas: nuestro partner Atens ha demostrado que una empresa en crecimiento también puede acometer proyectos ambiciosos a largo plazo y con una inversión significativa.

En 2015, Atens inició el desarrollo de una nueva cepa de Tricodermaenfocada al biocontrol: Tricoderma atroviride AT10. Ocho años y 3,5 millones de euros después, la empresa ha logrado registrar esta nueva sustancia activa en Estados Unidos y está en proceso de hacerlo en Europa. «Este ha sido un proyecto de largo recorrido, que demuestra nuestro compromiso con la innovación y la excelencia», afirma Javier Jofré, director de marketing de Atens.

Un complejo desarrollo científico
El éxito de este proyecto es destacable no solo por la inversión económica, sino también por la complejidad del desarrollo científico. «Somos una empresa independiente, lo que nos da eficiencia y libertad a la hora de tomar decisiones estratégicas, como el apostar por un registro fitosanitario», destaca Jofré.

En este punto es fundamental el rol de Veronica Cirino, CEO de Atens: “Este proyecto fue una aventura en la que Verónica apostó profundamente desde el principio”, recuerda. “Como toda decisión de esta envergadura, había riesgos, pero Verónica decidió que era un desafío que teníamos que afrontar. No solo por la oportunidad que representaba para Atens, sino porque sabía que estábamos ante algo realmente transformador”. La empresa solo ha invertido recursos propios, sin necesidad de acudir a rondas de financiación ni a partners.

La cepa Tricoderma atroviride AT10 ha sido seleccionada para cumplir con los estándares más altos del mercado y juega en la misma liga que sus alternativas químicas. «Queríamos un producto que no solo fuera efectivo, sino que pudiera compararse de tú a tú con las soluciones químicas tradicionales para una alternativa biológica real y sostenible», explica Jofré.

Un bioestimulante multifacético
La Tricoderma atroviride AT10 es más que un agente de biocontrol. Sus capacidades tienen presencia en tres campos fundamentales en la agricultura: el control de hongos de suelo, la aplicación foliar para enfermedades de la madera y el tratamiento de semillas.

Esta cepa ha demostrado ser altamente efectiva contra una amplia gama de patógenos de suelo. «La AT10 controla patógenos como Fusarium y Pythium, con una efectividad superior a la de muchas de las opciones actuales del mercado. Su uso en sistemas de riego es un factor clave para su éxito, ya que permite una distribución precisa y efectiva», subraya el director de marketing de Atens.

Otra de las propiedades de esta cepa es su capacidad para combatir enfermedades de la madera. “Hasta ahora ha sido muy difícil luchar contra estas afecciones con productos de biocontrol. Pero hemos conseguido crear un producto biológico que puede tratar enfermedades de la madera de manera efectiva», precisa Jofré.

Finalmente, el tratamiento de semillas es otro de los campos donde laTricoderma atroviride AT10 destaca. «Muchos productos de biocontrol tienen una vida útil limitada, lo que dificulta su uso real en un mundo globalizado. Con AT10, hemos logrado extender la vida útil de las esporas, asegurando su vitalidad incluso un año después del tratamiento de las semillas», explica Jofré. Esta característica convierte a AT10 en una opción ideal para mercados internacionales, donde la logística puede ser un desafío.

El enfoque multimodal del AT10 es otra de sus grandes ventajas. «El producto ataca al patógeno desde múltiples frentes, lo que reduce significativamente las posibilidades de que el patógeno desarrolle resistencias», detalla Jofré. Esta cualidad garantiza que el AT10 no solo sea efectivo a corto plazo, sino que también mantenga su eficacia en el futuro, algo fundamental en un mercado en constante evolución.

Un futuro esperanzador
Con el registro europeo en camino, la cepa Tricoderma atroviride AT10 se prepara para expandirse a nuevos mercados y aplicaciones. Esto puede abrir la puerta a colaboraciones estratégicas en la industria agrícola europea, algunas de las cuales están empezando ya a sustanciarse.

Pero el futuro de la AT10 no se limita a Europa. Atens ya planea su expansión a mercados internacionales clave, como Asia y América del Norte, donde la demanda de soluciones biológicas va en aumento. Nuevas aplicaciones, como el tratamiento de semillas a gran escala, podrían posicionar a AT10 como un referente en el sector. «Estamos solo en el comienzo de lo que esta cepa puede lograr», concluye Javier Jofre.