Antón Buitrón: “La súper calidad puede volver a ayudarnos a salir de la crisis; ya lo ha hecho antes”
En este caso, nos queremos centrar en un canal muy importante para nuestro sistema agroalimentario, el HORECA, ya que absorbe y gestiona ingentes cantidades de alimentos y bebidas producidos en nuestro sistema agroalimentario. Un canal que ha sido cerrado por completo por el estado de alarma, afectando de forma notable a sus interproveedores, que deben aguantar o pasar a competir por suministrar a otros canales.
Desde el COIAL mostramos nuestra apoyo al sector y nuestra preocupación por esta situación, que puede provocar un efecto dominó y en pymes y micropymes que habían encontrado su nicho en la producción y la distribución de productos de alto valor añadido. Productos generados en medios donde no se puede competir en cantidad, pero si en diferenciación.
Para tratar este tema acudimos a nuestro compañero Antón Buitrón, un experto en sobrevivir a las crisis, un ingeniero agrónomo que lleva años enfrentándolas con su mejor arma: la calidad. Buitrón regenta dos establecimientos de hostelería en el Mercado de Colón: Suc de Lluna i Casa Orxata.
“Hemos sido los primeros en cerrar porque somos HORECA, pero somos un nicho muy particular dentro de la hostelería, una rara avis. Nos dedicamos al producto valenciano de la máxima calidad, de cercanía y ecológico. Ahora eso está muy de valorado e incluso grandes empresas intentan copiar, aunque ni pueden ni saben”, arranca Antón, que lleva décadas jugando en este terreno. Él ya tiene una clientela, que le ha ayudado a atravesar más de una crisis. Quizás por eso transmite tranquilidad.
Superadas dos crisis, toca sortear la tercera
“Nosotros hemos pasado dos momentos duros en los últimos años: la crisis de 2008 y la crisis del Mercado de Colón. Y hemos sobrevivido a ambas. La clave es que nuestro cliente busca la calidad y la aprecia, notan la diferencia que marcan nuestros productos. No es una clientela masiva, pero son un nicho, responden muy bien. Igual no vienen todos los días a tomar un café, pero vienen cada dos o tres y lo disfrutan porque les sabe diferente”, relata orgulloso.
Para conseguir ese grado de excelencia, que les permite ofrecer hasta jamón de bellota ecológico, tienen claro el camino y cómo conseguirlo: “Una de nuestras premisas es la súper calidad. Ser ecológico o de proximidad no significa necesariamente que tenga que estar rico”, explica Antón, es decir, que no es una cuestión de etiquetas ni de sistemas productivos, sino de principios, filosofía de trabajo y de compromiso con el cliente, y pone un ejemplo: “Cultivamos nuestras propias chufas, en campos de Alboraya que se están trabajando en ecológico desde hace cuarenta años: la fertilidad de la tierra se nota en la calidad del producto. Controlamos hasta el extremo que nuestro producto sea excelente para que a la gente se le caigan las lágrimas. Hasta dicen que sienten la energía que les proporciona nuestra horchata”.
Otro de los escollos es la reapertura. “Los de hostelería seremos los últimos en abrir. La gente tendrá que vencer poco a poco el recelo de volver a relacionarse. Nosotros tenemos terraza, espero que al aire libre la gente se sienta más segura, dicen que la temperatura elevada y la luz ultravioleta del sol mata al virus, ¿no?”, subraya Buitrón. Y repite su pronóstico para cuando al fin, el sol se decida a brillar: “La súper calidad nos puede volver a salvar”.
Esperemos que sea así y que más pronto que tarde, nos podamos volver a sentar en su terraza para ver a la gente pasar mientras disfrutamos de su famosa horchata.