Lucha contra los patógenos: ¿cómo nos puede ayudar la agricultura de precisión?
Conseguir la sostenibilidad pasa inevitablemente por la incorporación de la tecnología y el conocimiento a las empresas. Afrontar este reto permite ofrecer servicios de alta calidad, que cumplen con los parámetros de la sostenibilidad y que generan ahorros considerables. Hoy traemos el ejemplo de una empresa que cumple todos esos requisitos.
En numerosas ocasiones, los agricultores utilizan fungicidas que no resuelven sus problemas contra los patógenos que afectan a sus cultivos. Esto se debe a la capacidad de los microoganismos para mutar, circunstancia que genera cepas nuevas que escapan a la acción de los compuestos que en teoría están indicados para eliminarlos.
Aquí la idea a destacar es que la sostenibilidad pasa -inevitablemente- por la incorporación de la tecnología y el conocimiento. Si queremos ser más sostenibles, tenemos que invertir en conocimiento y tecnología
Taxonomía molecular
Nuestro partner Valgenetics ha desarrollado un modelo de bioensayos de eficacia orientados a la agricultura de precisión y basados en la taxonomía molecular para resolver este problema. Para ello cuenta con Ana Crespo, doctora ingeniera agrónoma y directora de los laboratorios de Fitopatología y Microbiología de Valgenetics. Ella ha pasado años investigando sobre hongos en la UPV, en la Escuela de Agrónomos de Lleida y en el Instituto de Agroquímica y tecnología de los alimentos, dependiente del CSIC. Y ha integrado todo el I+D acumulado en Valgenetics: “Muchas veces, los viveristas tienen un ataque a sus cultivos y no saben a qué patógeno está asociado. Nos traen una muestra y nosotros aislamos los microorganismos y los identificamos con secuenciación, de manera que podemos conocer qué patógenos pueden ser responsables de la enfermedad del cultivo”.
Después viene la segunda parte. “Es como visitar al doctor: primero establecemos un diagnóstico y luego vemos la solución: cogemos los fungicidas que hay indicados contra esos patógenos y hacemos ensayos en los que se expone a la cepa a cada uno de ellos. Esos ensayos desvelan qué fungicida controla mejor el aislado del cultivo enfermo que está causando el daño al cultivo. Esto evita inversiones en fungicidas que son inocuos para la cepa responsable de la infección; no solo en el producto, sino en el gasto de personal y recursos en un producto que no te resuelve el problema”, añade Ana Crespo.
Se trata, pues, de averiguar qué materias activas son más eficaces para cada cepa en particular. Los patógenos pueden generar resistencias por un uso abusivo, por mutación y la consiguiente creación de nuevas cepas o por causas ambientales. “Somos capaces de aislar mediante cultivo in vitro el patógeno presente en la planta afectada y de manipularlo en condiciones controladas. Tras las pruebas, sabemos cómo puede reaccionar el cultivo afectado cuando se aplique el fungicida”, subraya Ana.
Un laboratorio de I+D vegetal
Para llevar a cabo este y otros complejos trabajos, ValGenetics cuenta con un laboratorio de fitopatología y microbiología, otro de cultivo in vitro y una área de genética vegetal. Son capaces de, entre otras muchas cosas, analizar la microbiota del suelo, fenotipar nuevos productos, secuenciar ADN, diferenciar microorganismos o fijar diferencias varietales y analizarlas para desarrollar programas de mejora genética. Para ello, cuenta con potentes herramientas de análisis bioinformático que pueden analizar millones de datos a gran velocidad.