Mari Cruz Díaz, presidenta de ANIA: “La lucha contra las fake news en nuestros sectores es urgente”

A raíz de la publicación del Manifiesto por el valor de la ciencia en la agroalimentación hemos hablado con Mari Cruz Díaz, presidenta de ANIA, entidad que ha representado a nuestro colectivo en esta iniciativa. Díaz alerta sobre el impacto negativo de la desinformación en el sector agroalimentario y subraya la necesidad de que los profesionales del sector y las instituciones trabajemos unidos para combatir las fake news y promover la ciencia como base para la toma de decisiones. “La falta de visibilidad de los ingenieros agrónomos agrava este problema”, afirma nuestra compañera, que nos ha animado a mostrar el trabajo que desarrollamos y a contribuir a un diálogo informado y basado en datos.

¿Qué motivó a ANIA a participar en este manifiesto contra la desinformación en el sector agroalimentario?

Estamos bastante preocupados por las noticias que recibe la sociedad sobre el sector alimentario. Este manifiesto es un toque de atención para decir que, al elaborar noticias, es necesario basarse en la ciencia. No podemos permitir que rumores infundados o afirmaciones sin base científica afecten negativamente a nuestra industria. Además, no se trata solo de proteger al sector, sino también de garantizar que la sociedad reciba información veraz. Este manifiesto pone el foco en cómo ciertos datos son manipulados para crear narrativas que no reflejan la realidad. Queremos hacer un seguimiento de estos problemas y tomar medidas que nos ayuden a contrarrestar los efectos de la desinformación.

La desinformación en torno a los transgénicos ha generado rechazo en los consumidores, aunque su uso ha demostrado ser seguro y eficiente

¿Cuáles son los principales problemas que generan las fake news en el sector agroalimentario?

Uno de los mayores problemas es la manipulación de datos, especialmente en temas relacionados con la sostenibilidad. Muchas veces se habla solo desde el punto de vista medioambiental, olvidando que la sostenibilidad tiene tres patas: ambiental, social y económica. Un enfoque únicamente en lo ambiental no es suficiente para garantizar una verdadera sostenibilidad. Los datos que se utilizan para atacar a sectores como el ganadero son falsos o incompletos, y eso tiene graves consecuencias. No solo afecta al sector, sino que también tiene repercusiones sociales, como problemas de salud en niños y adolescentes que siguen dietas inadecuadas basadas en desinformación. Nuestro objetivo es señalar estos errores y ofrecer una base científica clara que permita a la sociedad tomar decisiones informadas.

¿Qué consecuencias puede tener la desinformación sobre la salud de los consumidores?

Las consecuencias son muy serias, especialmente en la salud de los más jóvenes. En el manifiesto destacamos la preocupación de los médicos por los problemas que enfrentan en atención primaria, sobre todo con niños y adolescentes que están siguiendo dietas que se promueven sin ningún rigor. Estas dietas, muchas veces vegetarianas o con restricciones extremas, están causando problemas de descalcificación, déficit de proteínas y otros trastornos. Si un adolescente deja de consumir alimentos como leche o proteínas sin una adecuada planificación nutricional, los efectos sobre su desarrollo pueden ser devastadores. Queremos hacer una llamada a la responsabilidad para que las recomendaciones alimentarias se basen en ciencia, no en modas o desinformación.

La sostenibilidad tiene tres patas: ambiental, social y económica; no podemos centrarnos solo en lo medioambiental

¿Cómo podemos los ingenieros agrónomos contribuir a la lucha contra la desinformación?

Los ingenieros agrónomos debemos luchar contra la invisibilidad. Nosotros hacemos nuestro trabajo, pero no lo mostramos lo suficiente. Lo que pido es que mostremos más nuestra labor y que, cuando recibamos noticias falsas, las desmintamos de inmediato. Además, las asociaciones que nos representan, como ANIA, debemos mejorar nuestra comunicación para hacer visible el impacto positivo de nuestra actividad. Es esencial que combatamos las fake news con datos y con la visibilidad del trabajo que desarrollamos.

¿Qué impacto tiene la desinformación en la percepción de la seguridad alimentaria?

La seguridad alimentaria está absolutamente controlada. Nunca ha habido tanto control sobre lo que llega al consumidor y, aun así, la desinformación genera una percepción errónea. Por ejemplo, en Sri Lanka prohibieron los fertilizantes y han tenido problemas de alimentación porque no lograron producir suficientes alimentos para la población. Las decisiones basadas en desinformación pueden tener un impacto devastador en la producción. La gente debe entender que, si producimos menos, los alimentos serán más caros. Esto no solo afecta a quienes tienen capacidad económica, sino también a los sectores más vulnerables, que no podrán acceder a ciertos productos. No podemos tomar decisiones en temas tan importantes sin una base científica sólida.

Las dietas extremas basadas en desinformación están causando problemas de salud graves en niños y adolescentes

¿Cómo afecta la desinformación a la imagen del sector agroalimentario y qué pueden hacer los profesionales para contrarrestarla?

La desinformación no solo distorsiona la realidad, sino que también criminaliza a los profesionales del sector, especialmente a los ganaderos. Hay veces que nuestros ganaderos se sienten como delincuentes, y todo por datos falsos que se difunden sin ningún tipo de comprobación. Esto no puede seguir ocurriendo. Los ingenieros agrónomos, los veterinarios y todos los que estamos implicados en el sector tenemos que trabajar juntos y comunicar de manera efectiva lo que realmente hacemos. Necesitamos contar con el apoyo de los medios y de las instituciones para contrarrestar estos ataques que perjudican tanto a nuestra imagen como a nuestra labor diaria.

¿Cuál es la postura de ANIA respecto a los transgénicos y la desinformación que los rodea?

Los transgénicos han sido víctimas de una gran cantidad de desinformación. La gente dice que «no come genes», sin entender que todo lo que consumimos tiene genes. Los transgénicos están presentes en productos esenciales, como la insulina o las vacunas, y su uso ha demostrado ser seguro y eficiente. Durante la pandemia y en la guerra de Ucrania, dependimos de alimentos y tecnología transgénica. Sin embargo, la desinformación ha generado una percepción negativa, haciendo que muchos consumidores los rechacen sin una base científica sólida. Necesitamos aclarar esto y mostrar la verdad.

La seguridad alimentaria está más controlada que nunca, pero las fake news crean una percepción equivocada en la sociedad

¿Qué estrategia va a poner en marcha ANIA para continuar la lucha contra la desinformación en el sector agroalimentario?

Ahora es el momento de organizarnos mejor internamente. Vamos a necesitar apoyo institucional y concienciación entre los técnicos para que muestren su trabajo y lo enseñen a la sociedad. Los ingenieros agrónomos y veterinarios estamos trabajando juntos en este esfuerzo. Queremos elaborar mensajes claros y concisos que la sociedad pueda entender fácilmente. También buscaremos apoyo a nivel institucional, firmaremos manifiestos y participaremos en campañas para desmontar las mentiras que afectan a nuestro sector. La lucha contra las fake news es urgente. Ya hemos visto lo que sucede cuando se permite que la desinformación se extienda: decisiones erróneas, menor producción, peligro para la salud de los ciudadanos y, al final, más costes para todos.