Nuestros compañeros de Mallorca celebran San Isidro junto con personalidades del sector agroalimentario balear

La celebración de San Isidro de la Delegación en Baleares se consolida como uno de los principales foros de encuentro del sistema agrario y alimentario balear y de reunión con los compañeros ingenieros agrónomos. Este año han participado cerca de 60 invitados entre colegiados, empresarios y destacadas autoridades del sector público y privado, en un almuerzo en CUIT Restaurant Miquel Calent del Hotel Nakar de Palma.

El delegado del COIAL en Balears, Felip Gelabert, ejercía de anfitrión y mostraba su predisposición a seguir trabajando y seguir escuchando las inquietudes y sugerencias de los colegiados. Con seis meses en el cargo, apenas ha podido plantear propuestas más allá de los temas que tenía sobre la mesa cuando tomó posesión.

El encuentro contó con representantes de la administración, como el director general de Agricultura, Mateu Ginard, y el de Ordenación del Territorio, Lluís Corral. También acudían representantes de los colegios oficiales de arquitectos, técnicos agrícolas, ingenieros industriales, veterinarios, así como organizaciones agrarias, cooperativas agroalimentarias, el Consell Regulador D.O Binissalem y Caja de Ingenieros.

Durante el discurso institucional, Felip Gelabert subrayaba la importancia de remar todos en la misma dirección y también de participar más en los asuntos relativos al medio rural: “Aproximadamente el 80% del territorio es suelo rústico y la mayoría de este tiene actividad agraria. Este hecho se debería de ver reflejado en la administración. En el gobierno autonómico y también en los muncipios debería haber más ingenieros agrónomos. Sería adecuado que las decisiones en este ámbito las tomaran profesionales con suficientes conocimientos técnicos y no el alcalde o los concejales contando únicamente con la opinión del arquitecto municipal”.

Por otra parte, no ha dejado pasar el asunto que más preocupa al sector agrario en general y a los ingenieros agrónomos en particular, la Llei Agraria. Al respecto, explicaba Gelabert, “es absolutamente imprescindible definir un marco regulatorio que favorezca un uso racional de nuestro medio y sus producciones”.

El delegado también recalcaba el papel del COIAL en defensa de la profesión y a la hora de poner de relieve “el prestigio social de la ingeniería agronómica”. Un tema al que Gelabert va a dedicar mucho más tiempo y recursos en los próximos meses. Además, apuntaba que es necesario conseguir “dar a conocer nuestras atribuciones, que los ayuntamientos no nos devuelvan proyectos diciendo que no somos competentes, que el gobierno y parlamentos nos tengan en cuenta no sólo por la Ley Agraria, si no también por otros muchos temas, como puede ser la ordenación de territorio, los recursos hídricos, la gestión de residuos, la prevención de la contaminación y la calidad ambiental, el paisaje o la infraestructura verde».

Felip fue contundente y se dirigió a los colegiados con claras palabras: “Somos los primeros que hemos de sentir orgullo de ejercer nuestra profesión y de la gran cantidad de competencias que tenemos, que nos atrevamos a desarrollar proyectos para los cuales estamos cualificados pero que en algunas ocasiones no hacemos. Atrevernos a hacer todo lo que podemos hacer hará que nos demos a conocer como profesionales multidisciplinares que somos y ante cualquier problema, como siempre estará el COIAL defendiendo nuestros derechos”.