Proyecto BIOPRIM: Desarrollo de principios activos innovadores con base biológica para la aplicación en agricultura
Los nematodos constituyen uno de los problemas más graves a los que se enfrentan los agricultores en la actualidad, por ello nace este proyecto, con el fin de encontrar alternativas biológicas para el control de nematodos.
Liderado por nuestro partner LIDA Plant Research, cuenta con la participación de los centros de investigación de Cajamar y AINIA.
BIOPRIM es un proyecto de I+D que nace a raíz de esta necesidad creciente de encontrar alternativas biológicas para el control de nematodos, y tiene como objetivo el desarrollo de un principio activo basado en un microorganismo que presente capacidades bioestimulantes y nematicidas, y que pueda ser utilizado como producto comercial..
Descripción y necesidad del proyecto
Los nematodos son pequeños animales multicelulares de apariencia similar a gusanos, adaptados a vivir en ambientes húmedos. La mayor parte de los nematodos fitoparásitos que viven en el suelo son ecto o endoparásitos del sistema radicular de las plantas, y la sintomatología que producen puede ser muy variable, dependiendo de la especie de nematodo, el cultivo, la parte afectada y las condiciones generales de crecimiento. Así, en las plantas afectadas se puede observar la formación de nódulos en las raíces (Meloidogyne spp.), pequeños engrosamientos y deformaciones en los ápices radiculares (Xiphinema spp., Longidorus spp., Trichodorus spp.) o en las raicillas secundarias (Tylenchulus semipenetrans, nematodo de los cítricos), y proliferación excesiva y crecimiento anormal de las raíces secundarias (Heterodera spp. y Meloidogyne spp.).
Estos nematodos de raíz representan uno de los mayores factores limitantes en la producción de cultivos en todo el mundo, ya que constituyen uno de los problemas más graves a los que se enfrentan los agricultores en la actualidad. Se estima que esta plaga causa pérdidas de producción del 12,3 % anualmente en la cadena alimenticia mundial, que suponen una pérdida de 157 billones de dólares y un gasto de más de 500 Millones de dólares en el control de nematodos.
Durante varios años, la aplicación de nematicidas químicos fue una tendencia generalizada en muchos países para disminuir los daños ocasionados por nematodos, aunque su uso se ha visto limitado por el incremento de sus costos y sus efectos negativos tanto para el hombre como para el medio ambiente (selección de microflora en el suelo, destrucción de enemigos naturales, rápido resurgimiento de las poblaciones tratadas y aparición de especies secundarias). Además, la agricultura actual demanda el uso reducido de plaguicidas de síntesis química y la utilización, cada vez mayor, de agentes biológicos para el control de plagas y enfermedades, más sostenibles con el medio ambiente. Esto ha dado lugar a una creciente búsqueda de alternativas biológicas, entre las que destaca el uso de bacterias y hongos endofíticos con potencial para el control biológico.
Las bacterias endofíticas forman parte de la gran cantidad de bacterias beneficiosas presentes en la rizosfera, que favorecen el crecimiento y desarrollo de las plantas y las protegen contra enfermedades (a esta relación beneficiosa entre las bacterias y las plantas se le denomina “mutualismo”). La aplicación de este tipo de rizobacterias en diversos cultivos ha dado como resultado la promoción del crecimiento de las plantas (observándose un incremento en la emergencia, vigor, producción de biomasa y desarrollo del sistema radical), así como una inhibición del crecimiento de ciertos patógenos, como bacterias, hongos, nematodos y virus (lo que permite que las plantas se desarrollen en un ambiente libre de microorganismos perjudiciales). La asociación entre las propiedades bioestimulantes y de control biológico de este tipo de bacterias resulta interesante para el desarrollo de un producto que disminuya la presencia de nematodos, aumente el rendimiento y la calidad de la producción, y que a su vez presente cualidades beneficiosas para el suelo.