Roger Plana (BAW): “El sector bio va a ser estratégico para incrementar eficiencias y producciones”

En menos de dos meses se celebrará en Río de Janeiro el BioAg World Congress, la cita anual más importante de todos los agentes del sector de los bioestimulantes, biofertilizantes, biopesticidas y todas las tecnologías relacionadas. El COIAL mantiene estrechos vínculos con las empresas valencianas del sector a través de AEFA. También es partner de BioAg World Congress. Para hablar sobre este encuentro mundial hemos contactado con el Associate Business Partner BIoAg, el ingeniero agrónomo español Roger Plana.  

-Por qué es interesante acudir a BioAg para una empresa del sector de bioestimulantes y agronutrientes?

El Congreso BAW es un evento planificado, organizado y gestionado por profesionales Bioag apasionados que han dedicado su carrera a desarrollar los biológicos en agricultura. Es verdaderamente un evento, «Por la industria para la industria», donde toda la comunidad de BioAg se reúne una vez al año. En esta edición incluye todos los segmentos de los biológicos; biofertilizantes, bioestimulantes, biopesticidas y todas las tecnologías relacionadas, como Data Agri, Agricultura de Precisión y AgTech.

¿Qué agentes del sector podemos encontrar en BioAg?

El congreso BAW es un evento en el que se reúnen todas las partes interesadas, que incluye agricultores, ingenieros agrónomos, políticos, empresarios, marketing, inversores, expertos en cadenas alimentarias. El evento en Rio facilitará la creación de grupos de trabajo, por lo que el congreso incluye en su agenda las tendencias actuales de la transformación hacia los biológicos desde la perspectiva de los productores, empresas de ensayos, entidades reguladoras, fabricantes y debatirá los retos técnicos y comerciales, innovaciones en Brasil, cuáles han sido los actores que han liderado esta transformación, paneles interactivos sobre temas candentes y una visión profunda del panorama regulatorio.

¿Podemos considerar el Congreso BAW un evento global?

El Congreso BAW no es estático: nos movemos entre continentes cada año, pero lo mantenemos como un evento verdaderamente global con enfoque regional donde sea que se lleve a cabo. ¡Es un evento verdaderamente regionalmente global! El Congreso BAW es el único evento con tres prestigiosos premios: BioAg Innovation, Sustainable Farmer y Achiever Awards. Los premios son otorgados por un comité independiente y por votación. Por todo ello, consideramos que es un evento imprescindible para avanzar hacia una agricultura más sostenible.

-Hacia dónde se encamina el sector?

El sector afronta retos desde varias perspectivas; consumidores, administración, mercados, uso de químicos, sostenibilidad, trading o costes de explotación, entre otros, que obligan a adaptar su modelo productivo, aumentando la incertidumbre con las nuevas regulaciones y circunstancias geopolíticas.

¿Cuál cree que será el papel de los bioestimulantes, los biofertilizantes y el biocontrol en el futuro inmediato?

El peso de los bioestimulantes, biofertilizantes y biocontrol va a ir ganando mayor relevancia porque con un bajo impacto en los costes totales de explotación pueden ofrecer ventajas en el cumplimiento nuevas normativas, como el caso del Farm2Fork en Europa o aumentar su competitividad en los mercados de exportación, permitiendo uniformizar y adelantar cosechas facilitando que los productores satisfagan la creciente demanda estacional y adelantando su comercialización antes que otros mercados concurrentes.

-¿Existe un desequilibrio entre la normativa europea, cada vez más exigente con el respeto al medio ambiente, y la del resto del mundo?

Europa se caracteriza por ser la más conservadora y exigente a la hora de regular, pero en líneas generales, hay una postura clara en este sentido, y este mensaje se replica en aquellos mercados agrícolas más importantes y por parte de los portavoces más relevantes (FAO, EU, USA, Japón o Brasil).

-¿Cómo afecta eso a las empresas europeas?

Los productores se enfrentan cada vez más al desafío de la demanda cambiante de los consumidores finales, una regulación más estricta y con menos tiempo de adaptación, y un manejo de cultivo más complejo por menor disponibilidad de recursos y condiciones edafoclimáticas más cambiantes. Los fabricantes de biológicos son sin duda una pieza clave para facilitar esta adaptación. Además, ellos se ven obligados a innovar con formulaciones que cumpliendo las nuevas regulaciones, ofrezcan al productor niveles de eficiencia similares a los inputs, como nutrición y productos de protección de cultivos convencionales.

-Las empresas de AEFA tienen dificultades para encontrar técnicos cualificados. ¿Ocurre lo mismo en otros lugares del mundo?

Encontrar buenos técnicos que quieran desarrollarse en los biológicos es un factor crítico y no siempre se disponen en número y capacidades que el mercado demanda. COIAL tiene una iniciativa estupenda con el programa AEFA-COIAL para formar nuevos técnicos y prepararlos en este reto. En EE. UU. hay un programa de licenciar graduados para convertirse en PCA –pest control advisor (California) y CCA –certified crop advisor (resto de EEUU) donde se acreditan sus competencias y son los prescriptores y facilitadores de nuevas herramientas biológicas. Estos PCA renuevan sus licencias periódicamente con programas de formación continua y son los que facilitan al productor programas Integrados de manejo de plagas y enfermedades, así como introducir cambios para alcanzar un uso más eficiente de nutrientes y mejora de la salud del suelo. Europa está promoviendo algo parecido con los AKIS, que creo que puede sumar esfuerzos en el cumplimento de las demandas consumidores y administración.

-¿Cómo definiría la agricultura que se va a imponer en el siglo XXI?

Va a ser, sin duda, un sector estratégico que va a tener que incrementar eficiencias y producciones para garantizar a medio plazo el incremento de población y acceso a clase media a nivel global, además de satisfacer demandas de productos orgánicos/ecológicos. Además de prepararse técnicamente para solventar situaciones complejas en la producción que incluyen la reducción del suelo arable, la falta de agua, salinidad de pozos, enfermedades más resistentes, falta de capital humano y reducción de nutrientes de síntesis y fitosanitarios.